El sector energético español suspende en sostenibilidad


La sostenibilidad del sistema energético en España empeoró en 2012 porque ese año aumentaron las emisiones de CO2 y de otros contaminantes, la dependencia energética del exterior, la intensidad energética, los precios y el gasto total en energía.
Así se desprende del informe correspondiente a 2013 del Observatorio de Energía y Sostenilidad en España, elaborado por la Universidad Pontificia de Comillas en colaboración con BP y presentado este viernes en este centro educativo, en Madrid.
El rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Luis Martínez; el director y el coordinador de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad, José Ignacio Pérez Arriaga y Pedro Linares, respectivamente; el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de BP España, Enrique González, y la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Susana Magro, participaron en el acto.
El informe señala que el sector energético español consumió 6,33 exajulios de energía primaria (la que se encuentra en la naturaleza, como petróleo, carbón, gas y energía hidroeléctrica, eólica, solar y biomasa), emitió 258 millones de toneladas de CO2 y generó un valor añadido de 32.300 millones de euros, equivalente a un 3% del PIB.
Los investigadores concluyen que la sostenibilidad del sector energético español decayó en 2012, ya que las emisiones de CO2 asociadas al consumo de energía primaria aumentaron un 6,6% en 2012, debido al mayor procesamiento de combustibles y al incremento de la participación del carbón en el mix eléctrico.
Además, el informe señala que el nivel de dependencia energética de España respecto al exterior siguió siendo “muy alto, superior al 86%, muy por encima de la media europea”, debido al aumento del uso del carbón, importado en su mayoría, y también a la mayor importación de petróleo.
Por otro lado, los precios finales de la energía en España aumentaron en un 10% para los consumidores domésticos y en un 7% para las industrias, en tanto que el valor añadido generado por el sector se redujo por un aumento del gasto de energía primaria y por el aumento de los costes externos del sector.
“En vista de estos indicadores, puede decirse que el año 2012 ha continuado la tendencia observada en 2011 de empeoramiento desde la perspectiva de la sostenibilidad energética”, resalta el informe.
No obstante, el documento señala que el consumo de energía final en España disminuyó, debido fundamentalmente a la reducción de la actividad económica, y que, a pesar de que cayó la movilidad de pasajeros, el transporte siguió siendo el sector con más consumo energético (un 24%) y con más emisiones de CO2 (también un 24%).
“IMPROVISACIÓN DE LAS POLÍTICAS ENERGÉTICAS”
El Observatorio lamenta que España no cuente con “una política energética estable, que proporcione señales adecuadas a los agentes y que contribuya a avanzar hacia la sostenibilidad del sector”.
En este sentido, subraya que las reformas en los sectores eléctrico y de hidrocarburos no han resuelto ninguno de los problemas existentes. “Desgraciadamente, los cambios siguen sin garantizar la consecución de un modelo energético sostenible, y antes bien consagran el carácter ya denunciado en otros informes previos de inseguridad jurídica, falta de transparencia e improvisación de las políticas energéticas en España en los últimos tiempos”, apostilla.
Por su parte, Susana Magro, directora de la Oficina Española de Cambio Climático, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, destacó que “debemos integrar la sostenibilidad en nuestro modelo de crecimiento ahora mismo”, conjugando “el crecimiento económico con el máximo bienestar social, el uso eficiente de los recursos materiales y energéticos, todo ello en el marco de una economía baja en carbono”. “Necesitamos un sistema energético que sea sostenible desde todos los puntos de vista”, añadió.

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