El tratamiento del cáncer será cada vez más personalizado, según hunter, schlessinger y sawyers


El tratamiento del cáncer se diseñará a medida para cada paciente, combinará varios fármacos y en muchos casos no curará la enfermedad, sino que la convertirá en crónica y la hará compatible con una buena calidad de vida.
Este es el escenario que Tony Hunter, Joseph Schlessinger y Charles Sawyers, los galardonados en la VII edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, consideran más probable para describir los próximos avances en oncología.
Los tres investigadores, que recogerán su premio en la ceremonia que se celebrará mañana en la sede de la Fundación BBVA, en Madrid, participaron este lunes en un encuentro informativo con los medios.
Hunter, Schlessinger y Sawyers reciben el premio por abrir la vía a las terapias personalizadas contra el cáncer, basadas en fármacos que atacan específicamente los mecanismos que causan cada tumor maligno y en consecuencia son menos tóxicos para el paciente. Reciben el apodo de fármacos diana, porque se han diseñado para dirigirse a una mutación determinada.
“Cada tumor es genéticamente único, lo que en última instancia significa que el cáncer de cada persona necesita un tratamiento específico y una combinación de fármacos”, afirmó Tony Hunter, director del Cancer Center del Salk Institute, de La Jolla (California, Estados Unidos).
Pero, prosiguió, “por ahora el objetivo más realista para muchos cánceres es convertirlos en enfermedades crónicas, más que aspirar a una cura definitiva”.
Por su parte, Charles Sawyers, director del Programa de Oncología Humana y Patogénesis del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York (Estados Unidos), tampoco cree “que el cáncer pueda ser tratado de forma efectiva con un único fármaco. Necesitamos combinaciones de dos o tres, para prevenir las resistencias”, dijo.
A este respecto, explicó que la aparición de resistencias se debe a que en cada tumor hay células con diferentes mutaciones y cuando mueren las células que tienen la mutación que ataca el fármaco, proliferan aquellas con mutaciones distintas. El uso combinado de fármacos contra mutaciones diferentes dificulta la aparición de resistencias.
Sawyers, que trabaja ahora en nuevos fármacos contra el cáncer de próstata, coincide con Hunter en que “podrá considerarse igualmente un éxito convertir el cáncer en una enfermedad crónica, en especial si la medicación no tiene efectos secundarios”.
Sin embargo, cree que se logrará curar muchos cánceres que hoy en día parecen fuera del alcance, como ya se ha hecho con la leucemia, el cáncer testicular y el linfoma.

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