México, 23 abr.- Los encapuchados que mantienen ocupado el edificio de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde el viernes pasado condicionaron hoy la entrega del inmueble a la instalación de una mesa de diálogo con las autoridades de la institución.
En un pliego petitorio leído esta noche, los presuntos estudiantes dijeron que podrían poner fin a la ocupación mañana a las 17.00 horas (22.00 GMT), siempre que las autoridades se comprometan a satisfacer sus demandas.
Entre sus exigencias figura un diálogo con el rector de la UNAM, José Narro, y otras autoridades universitarias a celebrarse el jueves a las 13.00 horas en la explanada frente a la Rectoría.
El grupo también solicitó el desistimiento de cualquier acción legal contra quienes participaron en la toma del edificio ya que no se "impidió el acceso a los trabajadores; eso fue decisión de las propias autoridades".
Previamente este martes, el rector Narro rechazó la toma por la fuerza del inmueble y advirtió que "en este caso no habrá impunidad".
El motivo de la toma tiene que ver con la expulsión de cinco estudiantes implicados en actos violentos ocurridos en febrero pasado en un plantel del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), parte del sistema de educación preuniversitaria de la UNAM.
Esta parece ser una medida de presión de los encapuchados en favor de los expulsados que han dificultado y, en ocasiones imposibilitado, el trabajo de comisiones universitarias, del rector, y de la administración de la UNAM, dijo Narro.
La ocupación ha sido denunciada ante la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) por la Universidad.
El rector se dijo partidario de que haya un diálogo "real y sin violencia" con los ocupantes, supeditado a que la Rectoría sea desalojada.
"Exhorto a quienes indebidamente han tomado nuestras instalaciones a que las desalojen de inmediato, a la comunidad universitaria a que se exprese sin violencia rechazando la que algunas personas han ejercido", indicó.
La nueva protesta en la UNAM se suma a otros brotes violentos ocurridos en los últimos meses en oficinas administrativas y escuelas afiliadas a la institución, en que los inconformes han usado artefactos incendiarios de fabricación casera y causado destrozos y saqueos en las instalaciones.
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