Una ballena murió varada en la isla Harris por una bola de basura de 100 kg en su estómago. Varias redes de pesca, sogas, bolsas de plástico y correas de embalaje propiciaron que el animal perdiera su movilidad y quedara atrapada en la costa.
Los ciudadanos locales que encontraron el cadáver en la playa de Seilebost aseguraron que esta muerte ponía en evidencia el alto nivel de contaminación que poseen las aguas. Un hombre de la zona, Dan Parry, declaró a la BBC que "fue desesperantemente triste encontrar al animal, especialmente cuando vi las redes de pesca y los escombros que salieron de su estómago".
La preocupación de los habitantes del área los ha llevado a tomar acciones para mejorar la situación como limpiar de forma periódica las playas y evitar tirar basura. Dary dijo que "Caminamos por estas playas casi todos los días y siempre llevo una bolsa para recoger la basura, la mayor parte relacionada con la pesca".
Investigadores de la organización Scottish Marine Animal Stranding Scheme (Smass) diseccionaron la bandera y concluyeron que, a pesar de que la evidencia no vincula directamente los desperdicios en el estómago de la ballena a su muerte, "la cantidad de plástico en el estómago es horrible, debe haber comprometido la digestión del animal y demuestra una vez más los peligros de la basura marina".
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