El escalofriante relato de la monja superviviente en la matanza de Yemen

  • Las ataron a un árbol, las dispararon en la cabeza, para después aplastar sus cabezas en un acto de odio extremo.

    Menos suerte tuvo el padre Tom, que fue secuestrado por los yihadistas y que permanece en paradero desconocido.

El escalofriante relato de la monja superviviente en la matanza de Yemen
El escalofriante relato de la monja superviviente en la matanza de Yemen
B.Barón

El pasado 4 de marzo, un grupo de yihadistas se dirigió a la residencia de ancianos de Aden, en Yemen, de las hermanas Misioneras de la Caridad. Allí, a sangre fría, asesinaron a cuatro de las religiosas que se encargaban de atender a ancianos y discapacitados y a otras doce personas que trabajaban con ellas, junto con algunos de los residentes que trataron de impedir la masacre.

Sin embargo, una de las religiosas logró sobrevivir, la hermana Sally, superiora del convento de Aden. Logró escapar de la muerte ocultándose en una cámara frigorífica mientras los yihadistas trataban en vano de encontrarla.

Tras la masacre, la religiosa fue trasladada fuera del país y ha podido contar qué sucedió. Así, Edward Rice, obispo auxiliar de la archidiócesis estadounidense de Saint Louis, leyó durante su homilía en la misa por las Misioneras de la Caridad asesinadas la narración de la hermana Rio, una religiosa de la congregación a la que la hermana Sally relató los hechos.

A su vez, la hermana Rio comunicó por fax a la hermana Adriana el estremecedor relato y que ha sido publicado por el National Catholic Register.

Gracias a este relato, se ha podido conocer cómo fue el martirio de estas religiosas, a las que se había advertido de la necesidad de huir del país ante las amenazas que recibían por parte de radicales islámicos. Las ataron a un árbol, las dispararon en la cabeza, para después aplastar sus cabezas en un acto de odio extremo.Los ataron, dispararon en la cabeza y aplastaron el cráneo

En la carta se explica que los asaltantes llegaron a las 8.30 de la mañana, cuando las monjas acababan de acudir a Misa y se encontraban sirviendo el desayuno a los ancianos y discapacitados a los que atendían.

Unos hombres del Estado Islámico, vestidos de azul, irrumpieron en el recinto y mataron al guarda y al chófer, para dirigirse después en busca de las hermanas. Varios jóvenes cristianos que se encontraban en la residencia corrieron a advertir a las religiosas pero fueron asesinados antes de dar la voz de alarma. Los ataron, les dispararon en la cabeza y después les aplastaron el cráneo.

La misma suerte corrieron cuatro mujeres que trabajaban con las Misioneras de la Caridad, que suplicaron antes de morir: “¡No matéis a las hermanas!”. De poco sirvieron sus peticiones. Los yihadistas asesinaron a cuatro de las cinco religiosas.Se escondió en la nevera

La hermana Sally se encontraba en jardín en ese momento. Sin embargo, al escuchar los gritos, acudió al convento y descubrió los cuerpos. Como los yihadistas continuaban en su busca, se ocultó en la cámara frigorífica. Los atacantes entraron en tres ocasiones en la nevera sin dar con ella, que estaba escondida detrás la puerta.

Una vez que la Policía acudió al lugar, obligaron a la hermana a abandonar el convento, aunque ella se negó ya que los enfermos le suplicaban que no se marchara.

Menos suerte tuvo el padre Tom, que fue secuestrado por los yihadistas y que permanece en paradero desconocido.

La misma hermana relata cómo el padre Tom, al escuchar los gritos durante el ataque, acudió a la capilla del convento para consumir las hostias consagradas que había en el sagrario antes de que pudieran ser profanadas por los terroristas. Allí fue capturado y llevado a rastras hasta un coche, mientras sus captores destrozaban el interior de la capilla.

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