En 1597, José de Calasanz puso en marcha la primera escuela popular de Europa con el sueño de garantizar una educación de calidad para todos los niños y jóvenes. Veinte años después, en 1617, la Iglesia reconoció su proyecto erigiendo de modo oficial la Orden de las Escuelas Pías (Escolapios).
La Orden Escolapia está extendida en más de 200 colegios, parroquias, centros sociales, obras de educación no formal, alternativas de acogida educativa al inmigrante, pisos de atención a menores, diversos y amplios proyectos pastorales, internados para niños y jóvenes. Su proyecto apuesta por la educación evangelizadora de los niños y de los jóvenes.
"El mundo, los niños, los jóvenes, necesitan educadores convencidos, necesitan religiosos y religiosas, necesitan padres de familia convencidos. Convocar es una tarea extraordinaria. No basta sólo con dar la vida por la educación, hay que buscar a otros que lo hagan después de nosotros", ha subrayado el superior general de la Orden Escolapia, Pedro Aguado, al tiempo que ha pedido que no se contemple la educación como "un escenario de debate político".
Este año 2017 coincide también con el 250 aniversario de la canonización de San José de Calasanz. La Orden quiere celebrar estos aniversarios iniciando su presencia en Mozambique y preparando la nueva fundación en Perú. Por ello, también ha creado el Instituto Calasanz para el Derecho a la Educación (ICALDE) con sede en Yaoundé (Camerún) para formar profesionales que trabajen en esta misión.
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