Madrid, 5 abr.- El Gobierno ha autorizado hoy la actualización del Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, que tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente frente a este tipo de sustancias de elevada toxicidad.
El Plan tiene como objetivo recopilar información y elaborar un diagnóstico de la situación española respecto a estos contaminantes y, en consecuencia, formular las medidas necesarias para ajustarse a las obligaciones que imponen tanto este convenio internacional como el Reglamento.
Los contaminantes orgánicos persistentes suponen un grave riesgo para la salud humana y el medio ambiente de todo el planeta por su elevada toxicidad, persistencia, bioacumulación y capacidad de dispersión.
En 1997, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), decidió que se negociara un convenio internacional, jurídicamente vinculante, para hacer frente a estos contaminantes.
Algunos de ellos, como las familias de polibromados y de perfluorados, representan una problemática muy compleja para todos los países debido a que su fabricación ha cesado muy recientemente y han tenido amplio uso en sectores muy diversos (equipos eléctricos, materiales de construcción y textiles, entre otros).
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