Noviembre avanza y la segunda ola no da marcha atrás. Al menos, no lo suficiente para que los hospitales (y la economía) cojan oxígeno. Aún es pronto para valorar el impacto de un estado de alarma 'descafeinado' que el Ministerio de Sanidad no reevaluará hasta la próxima semana. Este martes, la cartera registró el récord de muertes diarias desde la primera ola, con 411 fallecidos en 24 horas. En paralelo, la velocidad de transmisión se ha ralentizado. La balanza de indicadores se mantiene en negativo: el tsunami escapa a las dos primeras semanas bajo la alarma y la curva aún no cede.
"El pico de transmisión fue sobre el 24 o 25 de octubre. En las últimas dos semanas no ha habido ni un solo día que haya superado ese pico máximo", afirmó ayer el director del CCAES, Fernando Simón. Y es cierto, la cifra de contagios diagnosticados en las 24 horas previas se ha rebajado en las últimas semanas. También la velocidad media de transmisión. Si hace dos lunes, España incorporó 5.217 positivos con una PCR del día anterior, el 9 de noviembre sumó 4.441 casos diagnosticados en las 24 horas anteriores. La bajada es notable, pero el retraso en el diagnóstico impide hablar de mejoría en base a un único indicador... y un vistazo a las estadísticas de las últimas semanas impide bajar la guardia.
La Información ha recopilado las cifras de incidencia, hospitalizaciones e ingresos en UCI de los últimos tres lunes. Ningún indicador ha mejorado en las dos primeras semanas de estado de alarma. El 26 de octubre, 24 horas tras la entrada en vigor del mando único, la incidencia -número de casos por cada 100.000 habitantes en los 14 días previos-, se situó en los 410,18 positivos. El lunes siguiente, la cifra se elevó a los 521,07. Anteayer, el indicador volvió a crecer hasta los 529,43. El 'termómetro' del Ministerio marca una incidencia mayor a los 250 positivos por cada 100.000 habitantes como el riesgo "extremo". El resto de valores tampoco son alentadores.
Una mirada retrospectiva muestra los vaivenes de la ocupación. El lunes 26 el porcentaje de camas UCI ocupadas por pacientes con el bicho era del 24,24%. El lunes siguiente, se desplomó hasta el 15,51%. Este fin de semana volvió a crecer. El tiempo medio de ingreso de los pacientes más graves roza el mes. El horizonte de los hospitales españoles sigue más próximo a la saturación que al colapso. Al cierre del pasado lunes, 21.029 infectados dormían en una cama convencional, mientras que 3.007 enfermos ocupaban en un puesto de UCI. El porcentaje de saturación en estas unidades se situó el pasado 9 de noviembre en el 31,76%. Del lunes al martes, 57 nuevos pacientes ingresaron en una planta de críticos.
Las estadísticas siguen sin insuflar oxígeno a los hospitales. A pie de camilla, cada escalón en la curva amenaza con saturar el sistema. Fuera de la unidad de críticos, el flujo de pacientes Covid se mantiene. El día después de que el Gobierno activase el estado de alarma, los hospitales españoles acogían a 16.008 contagiados. Una semana más tarde, la cifra aumentó a los 19.170. Este lunes 9 de noviembre, los infectados hospitalizados se habían disparado a los 21.029.
Ni los hospitalizados ni las UCI ni los fallecidos. Los resultados expuestos para estas tres columnas no son atribuibles al impacto del estado de alarma. De hecho, mientras regiones como Cataluña celebran que han dejado atrás el pico de la segunda ola, otras encaran la escalada. "En 13 de las 19 comunidades las incidencias están estabilizadas o en descenso, en el resto están en ascenso", explicaba Simón, "Las que están en ascenso son las que menor incidencia han tenido hasta ahora". Si el efecto del confinamiento de primavera fue tajante, el estado de emergencia 'blando', donde cada CCAA aplica su receta, complica las previsiones.
La cartera de Illa insiste en que hay "margen" y esperará a examinar los efectos de las últimas medidas la próxima semana. La reciente mirada del Instituto de Salud Carlos III al movimiento del SARS-CoV-2 en territorio nacional, indican que la transmisión del virus se ha ralentizado. Así lo refleja la evolución del número de reproducción básico instantáneo (Rt) -los casos secundarios que deja cada sujeto infectado en un tiempo determinado-. Siendo 1 el umbral "crítico", la media en España se situó en 1,24 el 21 de octubre, pasó a 1,02 el 21 de octubre y bajó hasta el 0,99 el jueves pasado.
El centro de referencia no ha vuelto a actualizar un indicador que, cuando se rebaja, es una muestra clara de mejoría. Los nuevos contagios que se han acumulado en las últimas semanas amenazan con tambalear esta tendencia. Los casos diagnosticados en los 14 días previos ha aumentado entre la semana del 26 de octubre y la actual. El día después de declararse la alarma, España registró 192.893 positivos en los catorce días previos. El lunes 2, los afectados acumulados en las dos semanas anteriores crecieron a los 245.039. El pasado lunes, el indicador se elevó hasta los 248.972. Las estadísticas no ceden. España avanza por la cuerda floja, pese al paraguas de la alarma.
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