Estados Unidos criticado por falta de liderazgo en Siria

  • Estados Unidos es severamente criticado por su falta de liderazgo ante la intensificación de la guerra en Siria, por ser incapaz de impedir que su aliada Turquía bombardee a los kurdos sirios y detener el impulso militar ruso.

Los críticos de Barack Obama lo culpan de un error estratégico al haberse negado a implicarse militarmente en Siria de manera masiva y, en vez, buscar orientarse hacia la región del Pacifico asiático.

La intención de cumplir con su promesa electoral de 2008 de retirar las tropas estadounidenses de los conflictos en Medio Oriente, tras la catástrofe en Irak, habrían permitido la actual intensificación de la guerra en la región, según sus detractores.

La crítica más dura contar Washington llegó el martes de París, su "más viejo aliado", que nunca pudo olvidar que en 2013 Obama se negó, a último momento, a atacar al régimen del presidente sirio Bashar al Asad.

El excanciller francés Laurent Fabius recordó en el canal de radio francés Europe 1 que "en agosto de 2013, Bashar usó armas químicas y que el presidente Obama había dicho 'si usa armas químicas eso sería pasarse de la raya' y se pasó la raya sin que hubiera ninguna reacción".

"Cuando escribamos la historia nos daremos cuenta de que fue un punto decisivo, no solamente en la crisis en Medio Oriente, sino también en Ucrania, Crimea y en el mundo", reprochó el exministro tras expresar su decepción ante las "ambigüedades" y la falta de "muy fuerte compromiso" de los estadounidenses en Siria.

En Washington también, cada vez más voces se alzan contra lo que se estima ser un simple discurso diplomático. De hecho, el lunes el departamento de Estado se limitó a rechazar otra vez más "la brutalidad del régimen de Asad" y a "dudar de la voluntad de Rusia de detenerlo".

"Los historiadores abrirán un día nuestros archivos y se preguntarán lo que pensábamos poder lograr con este tipo de declaraciones", se preguntó, indignado el martes Jonathan Schanzer, de la Foundation for Defense of Democracies (Fundación para la Defensa de las Democracias).

Pero la administración estadounidense descarta estas críticas.

Washington se enorgullece de su coalición militar de 65 países que dirige desde hace 18 meses y que han suministrado miles de ataques contra el grupo Estado Islámico (EI).

Gran escéptico del intervencionismo militar y conocido por su optimismo, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, apuesta desde hace meses por la diplomacia entre unos veinte países del mundo y de la región para lograr la paz en Siria. La semana pasada se firmó un acuerdo internacional en Múnich para llegar a un hipotético "cese de hostilidades" esta semana y para abrir vías para la ayuda humanitaria en Siria.

Sin embargo, esta tregua parece cada vez más ilusoria con la intensificación del ofensivo ruso en el norte de Siria y la implicación de Turquía.

Pero Estados Unidos parece impotente ante esta situación. La consejera de seguridad nacional de Obama, Susan Rice, volvió a condenar y expresar el "rechazo más fuerte" de los bombardeos, que probablemente son rusos, contra hospitales en la región de Alepo que causaron 50 muertos según la ONU. Lo mismo hizo ante los ataques turcos contra los kurdos sirios que envenenan las relaciones entre Ankara y Moscú y complican la alianza turco-estadounidense.

Washington se encuentra en una posición muy incómoda. En principio es aliado de Turquía, por su membrecía de la OTAN, pero al mismo tiempo apoya a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) -las milicias kurdas en Siria, representadas políticamente por el Partido de la Unión Democrática (PYD)- que luchan contra el grupo EI.

Asimismo trabaja en principio con Rusia para llegar a una solución diplomática y política en Siria. La muestra de esta colaboración es el acuerdo reciente en Múnich, impulsado por Kerry y su homólogo ruso Serguei Lavrov.

Joseph Bahout, de la Fundación Carnegie, duda del mérito de estos esfuerzos. Poco antes del acuerdo de Múnich, este investigador expresó a la AFP que "no se puede esperar nada de los estadounidenses". "Es una parte que ya no tiene ninguna credibilidad" en el Medio Oriente", evaluó.

En una columna publicada por la Brookings Institution, los expertos Michael Ignatieff y Leon Wieseltier "proclaman el fracaso de la moral de la política estadounidense y occidental en Siria".

Según ellos, "la inacción occidental" es el resultado "de cinco años de llamados vacíos a que Asad se vaya, de la decisión sin entusiasmo de armar a los rebeldes, de haber dejado que se traspase un límite con las armas químicas y de no compartir con Europa la carga de (recibir a) los refugiados".

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