Hay tres detenidos

La estafa del DNI robado: cae una red que timaba para pagar sus créditos

El cabecilla era un supuesto prestamista que, cuando no podía recuperar las mensualidades, enviaba a los deudores a cometer delitos con documentos sustraídos o falsificados.

Policía Nacional de Toledo
Policía Nacional de Toledo
Policía Nacional

Parecía la estafa perfecta hasta que la destapó una dependienta de una tienda de Toledo. Un prestamista dejaba dinero a personas con problemas económicos que al final no lograban devolverlo y eran captadas para que, con documentación robada y falsificada, llevasen a cabo diferentes fraudes. La víctima era el dueño de uno de esos DNI robados que de repente se encontraba con créditos a su nombre sin haber pedido ni un euro, pero también esas personas que aseguran haber sido coaccionadas para cometer las estafas. El único que nunca tuvo que dar la cara fue el cabecilla de esta organización que la Policía Nacional acaba de desarticular y que deja un total de cinco afectados hasta la fecha con deudas de entre 1.800 y 14.000 euros. La investigación sigue abierta y no se descarta que la documentación se robara por encargo a una banda de carteristas. 

Según relatan fuentes policiales a La Información, la trama fue descubierta cuando la empleada de un establecimiento comercial de Toledo detectó a un varón de 39 años de edad que trataba de obtener una tarjeta de crédito con un saldo de 3.000 euros utilizando un DNI que no se correspondía con su identidad. Fue esta mujer la que alertó a los agentes, quienes al personarse en el local procedieron al arresto del estafador, que alegó estar actuando bajo coacción y para saldar una deuda. En ese momento se abrió una investigación para averiguar cómo actuaba y hasta dónde llegaba la supuesta red.

Las primeras pesquisas de los agentes dejaron al descubierto que estaban ante una organización criminal que utilizaba un complejo 'modus operandi' para obtener beneficios. La red disponía de documentación sustraída o extraviada que facilitaba, junto con documentación falsificada, a personas con problemas económicas para que éstos contratasen créditos y líneas de teléfono, adquiriesen teléfonos móviles de alta gama e incluso obtuviesen cuentas bancarias y tarjetas a nombre de las víctimas. Hasta que no saldaban su deuda tenían que seguir cometiendo estafas.

En el nivel más alto de esta organización figuraba un varón extranjero que, pese a que se encontraba en situación irregular en España y no podía trabajar legalmente, llevaba un alto tren de vida, vivía en hoteles y se desplazaba con coches de alquiler. El cabecilla, apoyado por su pareja y otras personas muy cercanas, era el cerebro de la trama y guiaba todas las operaciones: se encargaba de obtener los documentos de identidad  procedentes de otros delitos contra el patrimonio, captaba a los intermediarios a los que facilitaba la documentación necesaria para cometer la estafa y les trasladaba personalmente hasta los establecimientos en los que debían llevar a cabo los delitos dándoles órdenes precisas antes de entrar. En un solo día estas personas actuaban en más de un establecimiento. 

En su detención en Fuenlabrada (Madrid) fue intervenida diversa documentación que le implicaba directamente como presunto autor de las estafas. También resultó investigada una mujer de Leganés, de la misma nacionalidad que el principal responsable, en cuyo domicilio se hallaron diversos documentos a nombre de terceras personas que pudieran ser utilizados para la comisión de nuevas estafas. 

Hasta el momento se ha detenido a tres personas, hay una cuarta investigada y se ha logrado identificar la existencia de cinco víctimas, a cuyo nombre realizaron contratos de vehículos, líneas de telefonía, productos bancarios y adquisición de terminales móviles de alta gama por los que ahora se les exige que hagan frente a deudas que oscilan entre los 1.800 y los 14.000 euros. No obstante, la investigación sigue abierta para determinar la  existencia de más víctimas y la posible existencia de varios "carteristas" vinculados al cabecilla que se encargarían de suministrarle la documentación necesaria para cometer las estafas.

Algunos de los DNI que se utilizaron en estas estafas sí tenían puesta una denuncia previa por sus dueños. Es el primer consejo que dan los agentes cuando lo echamos en falta porque cada vez son más los peligros que se corren si cae en manos como las de este cabecilla. Esta banda no dudaba en abrir cuentas, pedir créditos o hacer compras pero también se han dado casos en los que las víctimas se han visto con registros en casas de apuestas en las que debían una gran cantidad de dinero. Otro de los consejos que cada vez más se lee por parte de las autoridades es tener especial cuidado con dejar el número en cualquier página de Internet que no sea segura. En el mercado negro un documento así cuesta 10 euros.

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