'Plan Mayor Seguridad'

Las estafas que se ceban con los jubilados por perder de vista la tarjeta de crédito

Detenidas dos personas por una supuesta estafa con tarjetas de crédito por valor de 60.000 euros
Detenidas dos personas por una supuesta estafa con tarjetas de crédito por valor de 60.000 euros
EUROPA PRESS

Una mujer de 82 años fue a comprar a su tienda habitual en una localidad de Murcia. Pagó con su tarjeta de crédito y se volvió a casa sin comprobar si lo que había guardado en su  monedero era su tarjeta. Resultó que no, pero no se percató hasta que en una de sus visitas al banco comprueba que hay cargos que ella asegura no haber hecho. En la entidad le recomiendan ir a poner una denuncia para esclarecer lo sucedido. Entre los pagos que esta anciana de Los Belones-Cartagena denuncia hay varios realizados en una tienda de la localidad que ascienden a 6.500 euros y otras operaciones como un viaje a Laponia o compras de billetes de lotería.

Se estima que el valor total de lo estafado asciende a unos 14.000 euros. La Guardia Civil ya ha detenido a una mujer de 55 años como presunta estafadora después de comprobar que era la dueña del establecimiento y una de las que aparecía en las imágenes de la cámara de un cajero en el que se había obtenido dinero con esa tarjeta. La víctima no canceló su tarjeta durante meses, periodo en el que se cometieron estos intentos de estafa. 

El origen de todo puede estar en el intercambio de la tarjeta de crédito uno de los días que la víctima acude al establecimiento a comprar. Son muchas las ocasiones en las que habrá puesto el número PIN de su tarjeta probablemetne sin tener el cuidado de ocultarlo, facilitando así su uso a cualquier otra persona que estuviera pendiente. Contra este tipo de prácticas se ha lanzado la operación Creveta, que se enmarca dentro del 'Plan Mayor Seguridad' dirigido a la prevención y erradicación de los delitos cometidos sobre personas mayores, más vulnerables ante posibles estafas con las tarjetas de crédito.

A ellos les recomiendan que cuando utilicen un cajero automático, no lleven anotadas las claves de sus tarjetas sino que procuren memorizarlas y que siempre eviten que se vea el código de la tarjeta. También deberán vigilar los alrededores y no sacar nunca grandes cantidades de dinero de una sola vez. Pero quién le iba a decir a esta anciana que iba a ser estafada en uno de los establecimientos que frecuentaba. 

Una vez puesta la denuncia comenzó una investigación para averiguar qué personas podían haber tenido acceso a los documentos bancarios que les habrían permitido realizar los extractos. Son numerosos los modus operandi que logran hacerse con el número secreto de una tarjeta de crédito para luego cometer estafas, como utilizarla en compras en Internet. En este caso los agentes comprobaron que, además de los reintegros, también aparecían otra serie de movimientos financieros, desconocidos por la denunciante, de pagos online por la compra de distintos productos, entre ellos a conocidas operadoras de contratación de viajes.

En el transcurso de la investigación, la víctima se personó de nuevo ante la Guardia Civil para denunciar que alguien continuaba manipulando su cuenta bancaria y que le habían detraído otros mil euros más. La tarjeta seguía activa. Los guardias civiles averiguaron que estas últimas operaciones habían sido para adquirir varios décimos de lotería, billetes de avión e incluso la reserva de un alojamiento en la Laponia finlandesa.

Reunida toda la información necesaria, los investigadores analizaron los distintos movimientos financieros e identificaron a una mujer, vecina de Los Belones-Cartagena, que aparecía en las imágenes de las cámaras de videovigilancia de la sucursal bancaria donde se realizaron los reintegros en las mismas fechas en las que se produjeron los extractos, llegando a realizar hasta tres operaciones en un mismo día. La Guardia Civil supo que se trataba de la propietaria de un establecimiento comercial con la que, al parecer, la víctima tuvo un incidente por el que intercambiaron sus tarjetas de forma aparentemente fortuita. Fue a raíz de dicho intercambio cuando comenzaron a producirse los movimientos en las cuentas de la perjudicada, que se extendieron durante varios meses, ya que la víctima no dio de baja su tarjeta de crédito.

Para determinar la posible utilización ilegítima de la citada cédula bancaria, los investigadores analizaron cada uno de los cargos, entre los que aparecían cerca de 6.500 euros abonados al citado comercio en menos de cuatro meses, por compras o servicios ficticios que la víctima nunca llegó a percibir, existiendo, además, otras operaciones denegadas que, de haber prosperado, habrían sumado otros 3.000 euros. Los agentes también detectaron cómo en el perfil público de una conocida red social, la principal sospechosa había publicado una serie de fotografías recientes donde aparecía en la ciudad de Rovaniemi, la conocida como Laponia finlandesa, lo que coincidía con uno de los cargos realizados.

Los expertos aconsejan no perder nunca de vista la tarjeta de crédito. Con pasar la banda magnética por un terminal adulterado ya se copian todos los datos que luego se desbloquearán con tan solo introducir el código Pin. Si esto sucediera, por ejemplo, en una tienda durante un despiste nuestro, al introducir nuestro código daríamos toda la información necesaria para que el delincuente pueda hacer uso de nuestra tarjeta en menos de tres minutos. También es recomendable cambiar de vez en cuando el código PIN, así como no utilizar una contraseña que sea muy fácil de identificar. Para los que se crean que optar por nuestra fecha de cumpleaños es ideal para no olvidarnos que tengan en cuenta que esa cifra recuerden que la estamos mostrando cada vez que enseñamos el DNI al entregar la tarjeta. Todo en uno.

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