Cómo defenderse

La estafa que te deja sin ahorros hasta en dos ocasiones y te convierte en estafador

Fraude Guardia Civil automóvil
Fraude Guardia Civil automóvil
Guardia Civil

Dicen que en numerosas ocasiones la realidad supera a la ficción. Si hablamos de estafas se cumple la máxima. En plena vorágine del coronavirus falsos médicos llaman a las puertas de los más mayores para decirles que necesitan entrar para hacerles el test y comprobar si están contagiados. Es el pretexto para desvalijarlo todo. Se puede decir que el timo del inspector del gas ha mutado. Son muchas las estafas de toda la vida que lejos de desaparecer siguen existiendo. Una de las que más preocupa a la Guardia Civil, por el público al que va dirigida, es la que te acaba convirtiendo en estafador incluso de tu propia familia y no solo te arruina en una ocasión, sino en dos. Lo primero que tenemos que pensar es que nadie nos va a dar duros a pesetas y la primera pregunta que nos tenemos que hacer cuando se nos ponga delante un negocio al que no se le puede decir no es ¿por qué a mi?

Por increíble que parezca sigue habiendo víctimas de la conocida como estafa piramidal. Hasta que llegó Internet era una de las que requería más preparación por parte de los estafadores. Con la excusa de ofrecer un producto de inversión que te acababa haciendo millonario lograban numerosos ingresos. Era fácil. Daban duros a pesetas y se dirigían a un público cuyo nivel adquisitivo no era muy alto y en cuestión de semanas podían ver como podían duplicar sus ahorros. Está entre las que más vigilan los agentes porque puede dejar a las víctimas sin nada y es muy fácil que en cuestión de semanas acaben intentando engañar a quien haga falta, incluida su familia, para recuperar el primer dinero invertido, que evidentemente nunca llega.

De la persona que te asalta en la calle con un panfleto en el que asegura que invertir en lo último en tecnología es lo mejor que puedes hacer en ese momento para tener unos ingresos extras a verte rodeado de futuros inversores en un auditorio donde se está celebrando un evento muy llamativo suele pasar muy poco tiempo. Los estafadores saben cómo engatusar a lo que serán su futura víctima. Lo que no sabe es que muchos de los asistentes que aseguran haber invertido ya son en realidad impostores que aparentan llevar un ritmo de vida a todo tren. Todo mentira, pero es fácil no pensar en nada cuando delante nos presentan un futuro mucho mejor que el que tenemos. 

Y así logran que el recién llegado a la estafa haga una primera inversión que como bien le indican se la devuelven sumándole grandes intereses. La estafa no acaba más que empezar. El recién engañado ya no necesita que nadie le anime para seguir invirtiendo. Y lo hace. Y vuelve a ganar dinero hasta que llega el en el que invierte todo... y no recibe nada a cambio. Si insiste para conocer qué está sucediendo empieza a percatarse de que ha sido engañado. Muchas de las víctimas se quedan avergonzadas y sin dinero. No denuncian. Otras sí. Hace poco más de un año invertir en un GPS concreto era el mejor negocio del momento, recuerda Tomás Domínguez, teniente de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil. 

Una vez descubierta la estafa son muchas las víctimas que hacen lo que haga falta para recuperar sus ahorros. No es la primera vez que los propios estafadores le propongan captar más gente y obtener su dinero. Es como muchos llegan a engañar a miembros de su propia familia porque necesitan, sea como sea, captar nuevas víctimas para seguir engordando esta pirámide. Sin darse cuenta están entrando en un círculo al que llegaron como víctimas y pasan a ser estafadores. Si alguno se atreve con amenazarles que acudirán a la policía son frenados en seco por dos motivos: les aseguran que han sido cómplice de todo o les vuelven a engatusar con dinero fácil que llegará en unos días y si lo desvelan todo se quedarán con nada. 

Pero lo peor de su modus operandi no acaba ahí. Los pocos escrúpulos de los delincuentes les lleva a dar una segunda vuelta a las víctimas, que víctimas vuelven a caer en sus redes creyendo estar salvándose. Algunos  pueden recibir una llamada desde un despacho de abogados donde les aseguran que van a luchar por sus derechos y les van a ayudar a recuperar parte del dinero estafado. Eso sí, los honorarios no se los perdonan. Lo que no se imaginan las víctimas es que este abogado, lejos de querer luchar por sus derechos, lo que hace es seguir engordando las arcas de los estafadores

Con la llegada de Internet los delincuentes lo tienen más fácil. No es la primera vez que a alguien le salta un anuncio en el que aseguran que invertir en tal empresa es un éxito garantizado. Ya no necesitan los captadores en persona para buscar víctimas.  Les basta con simular una página web de la compañía en cuestión para engatusar. 

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