Europa también quiere hablar español

  • El español ya no es sólo el segundo idioma más hablado como lengua materna, sino que cada vez hay más interés por aprenderlo en Europa. En la última década, los programas educativos españoles fuera de nuestro país han dejado de atender mayoritariamente a hijos de emigrantes hispanohablantes. Ahora son cada vez más los extranjeros, y los propios gobiernos, los que se interesan por el castellano.

Sede del Instituto Cervantes de Berlín (imagen cedida por el Instituto Cervantes)
Sede del Instituto Cervantes de Berlín (imagen cedida por el Instituto Cervantes)
Instituto Cervantes

Los datos de la Estadística de la Acción Educativa en el Exterior 2009-2010 publicada recientemente por el ministerio de Educación revela que el aprendizaje del español ha crecido especialmente en el Reino Unido, Francia y Alemania en la última década.

Cerca de 73.000 alumnos participan en algún programa de educación española pública fuera de España en la actualidad, unos estudiantes que si hace 10 años eran mayoritariamente emigrantes hispanohablantes, ahora se corresponde cada vez más con el de un estudiante extranjero. El porcentaje de alumnos extranjeros que asisten a los centros docentes de titularidad pública española es del 61,50 por ciento.

A esto hay que añadir el creciente número de alumnos de español en centros educativos de los propios países, ya sean públicos o privados.

El director académico del Instituto Cervantes, Francisco Moreno, asegura que "la novedad está en el interés que existe por parte de los gobiernos de introducir el español en el sistema público" y confirma que en esta institución pública también han detectado un "interés creciente" en el Reino Unido, Francia, Alemania, pero también en Italia.

Moreno comenta que en "los gobiernos ponen más medios y más recursos humanos" y explica que "ya se ofrece el Diploma de Español como Lengua Extranjera [DELE] en la Secundaria francesa". Además, otros gobiernos como el alemán y el británico también están estudiando la incorporación de esta certificación oficial.

MÁS DE DIEZ GUARDERÍAS BILINGÜES ESPAÑOL-ALEMÁN EN BERLÍN

Sólo en la ciudad de Berlín existen más de diez guarderías bilingües español-alemán. Silke Schmidt dirige el jardín de infancia Aventura Nikolsburg desde su apertura en el año 2002. Esta educadora se esmera en hablar castellano por teléfono mientras explica que en su centro todos los educadores manejan los dos idiomas, aunque cada uno habla únicamente en su lengua materna a los niños. "La idea es hacer que los niños crezcan bilingües, igual que en las familias donde el padre habla una lengua y la madre otra".

La directora de la guardería bilingüe dice que el 70 por ciento de sus alumnos pertenecen a familias bilingües, pero también hay padres alemanes o incluso ingleses que llevan a sus hijos a su guardería. "El español es un idioma que se habla mucho en Berlín. No todos los padres tienen sólo interés en inglés", afirma Schmidt convencida.

Los niños aprenden a dibujar con educadores que les hablan en castellano. También les enseña flamenco cuatro veces a la semana con un bailarín español que únicamente les habla en castellano. Así "no les cuesta nada aprender. En tres meses, entienden [el castellano] y en máximo un año todos los niños han aprendido [español]", asegura Schmidt.

El interés en Alemania por el español es notable. Así lo indican también las cinco sedes del Instituto Cervantes en distintas ciudades de este país, tres más que en 1999, haciendo de Alemania el país europeo con más sedes de esta institución y el tercero del mundo en presencia del Instituto, sólo por detrás de Brasil (9 sedes) y Marruecos (6).

"En Alemania hay un interés muy llamativo",
asegura Moreno. El motivo principal de la destacada presencia del Instituto aquí, explica, es que "algunos Institutos [Cervantes] mantienen una relación muy estrecha con las universidades, que articulan su enseñanza del español con los servicios y profesores del Instituto".

A LOS BRITÁNICOS YA NO LES BASTA EL INGLÉS

La escuela de idiomas de United International College (UIC) en la céntrica zona de Oxford Circus de Londres tiene ahora mismo un centenar de alumnos que estudian español en sus instalaciones. Susana Navarro, coordinadora del departamento de idiomas y profesora de español en esta escuela privada, asegura que los británicos "han cambiado una barbaridad la mentalidad en los últimos cinco años" y ya no consideran que les baste con saber inglés. Cuenta que cuando ella empezó a impartir clase en esta academia hace siete años únicamente eran dos profesores para este idioma, pero ahora son diez y "están a tope".

El director académico del Instituto Cervantes comenta, por su parte, apunta que aunque en el sistema de enseñanza pública del Reino Unido "aún hay más estudiantes de francés que de español [como primera lengua extranjera], en la última década se observa un creciente interés en el español".

De hecho, el castellano es el idioma extranjero con mayor demanda en la UIC. "Hay muchísimo más interés [por el español] que por el francés o el alemán", los dos idiomas que se suelen ofertar en primer lugar como asignatura de lengua extranjera en las escuelas británicas, asegura Navarro. En la UIC abren prácticamente cada semana dos grupos de nuevos alumnos para las clases de español. Le siguen el francés y el japonés "más o menos a la par", idiomas para los que inician un curso nuevo cada semana, aproximadamente.

La profesora explica que -al margen de la importante demanda de cursos de castellano en las empresas- la mayoría de sus alumnos quieren aprender español "por placer", porque planean un viaje largo "como lo hacen aquí, de tres o seis meses" (los cursos son de diez semanas por nivel). Algunos tienen lazos personales o profesionales con Latinoamérica y otros tienen intención de comprarse una propiedad en España.

Francisco Moreno tiene claro que el creciente interés general –y en particular el de los gobiernos europeos- por el aprendizaje del español es que "la comunidad hispanohablante está siendo cada vez más atractiva para el conjunto de los países europeos, ya no sólo como una potencia cultural, sino también como un objeto de relaciones económicas y políticas de primer orden; también ligado al español en Estados Unidos, donde está creciendo su uso".

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