Esperando a Franco en El Pardo: la policía blinda el cementerio de Mingorrubio

Cementerio El Pardo
Cementerio El Pardo
Europa Press

En el cementerio de El Pardo continúan con los preparativos para recibir los restos del dictador Franco. Será enterrado en la cripta construida en 1969 como panteón de la familia y cuyo sótano alberga una sepultura con el nombre del dictador inscrito desde hace años junto a la de su  mujer, Carmen Polo.  Hasta hace 24 horas el acceso al campo santo no suponía tener que enseñar el DNI y facilitar el nombre del difunto al que se va a visitar para poder entrar. Desde el pasado lunes las medidas de seguridad van in crescendo. Al cambio de cerradura de la cripta más fotografiada de los últimos meses y la toma de medidas para colocar unas rejas en sus vidrieras se suma ahora un mayor número de agentes de la Policia Nacional acordonando el perímetro, así como la instalación de cámaras de seguridad. 

Es habitual aparcar en un pequeño terreno que hay justo en la puerta que da acceso al cementerio. Ahora dos furgones de la policía lo impiden. En el interior del cementerio también hay agentes desplegados, y en las alcantarillas próximas se ven precintos de la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional. A poco más de 30 metros de la puerta principal los agentes salen al paso de los que se acercan para identificarlos. Este cementerio que tachan de tranquilo los que bien le conocen es ahora el centro de todas las miradas por ser el sitio donde llegarán los restos de Franco.

El coche fúnebre que acabe llevándole una vez sea trasladado o no en helicóptero recorrerá menos de 20 metros hasta llegar a la puerta de una cripta que la semana pasada cambiaron la cerradura. Solo cinco llaves dan acceso a una capilla en la que hace meses los vecinos de la colonia de Mingorrubio asistían a misa el día de Todos los Santos. Desde hace tiempo eso ya no sucede.

En las puertas de este cementerio también descansan los conductores de autobús. Es última parada de la línea 601 y no hay conductor que llegue que no hable de la exhumación del dictador. Hasta llegar por el camino dejan a varios de los vecinos de las casas más cercanas andando hacia un campo santo en el que cada día antes no visitaban más de 10 personas. Son los que todos los días se acercan para rezar un Padre Nuestro a sus familiares. Muchos de los difuntos trabajaron al servicios de Franco: ministros, altos cargos del ejército, cocineros, jardineros...  En Migorrubio reposan algunos de los más destacados dirigentes del franquismo, como Luis Carrero Blanco o Carlos Arias Navarro, pero también ciudadanos sin vínculo con la dictadura. Hasta llegar a sus lápidas se están acostumbrando a sortear a los periodistas. Menos a llevar el DNI, algo que es cada vez más imprescindible para poder entrar.

Estos días han visto la luz el nombre de los nuevos 'vecinos' de Franco. Sus tumbas también son protegidas ahora por las patrullas de la Policía Nacional que se van agolpando a las puertas del cementerio. En una semana se han duplicado a la espera de que los restos de Franco sean trasladados.

Hasta que llegue ese momento la familia Franco ha pedido formalmente al Gobierno que se pueda celebrar un oficio religioso presidido por el prior en la Basílica del Valle de los Caídos, en el momento de la exhumación. El Valle está cerrado desde el pasado sábado. Así lo solicitó en un escrito que dirigió el lunes el abogado de los nietos de Franco, Luis Felipe Utrera Molina, al Consejo de Ministros.

También pide que se celebre una misa en el momento de la inhumación en el cementerio de Mingorrubio, y solicita que las dos ceremonias las oficie el prior de la Abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera. Por el momento, el Gobierno ha accedido a que se pueda celebrar una misa "breve e íntima" en el momento de la inhumación.

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