Expertos alertan de insuficiente protección de los donantes vivos de órganos

  • El Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona ha advertido hoy de la insuficiente protección de los donantes vivos de órganos, entre otras razones, porque no hay estudios suficientes sobre sus secuelas, por lo que recomienda dar prioridad a los trasplantes de órganos de cadáveres.

Barcelona, 13 dic.- El Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona ha advertido hoy de la insuficiente protección de los donantes vivos de órganos, entre otras razones, porque no hay estudios suficientes sobre sus secuelas, por lo que recomienda dar prioridad a los trasplantes de órganos de cadáveres.

Los responsables del Observatorio (OBD) han presentado hoy el "Documento sobre trasplantes de órganos de donantes vivos" en el que, además de alertar sobre los riesgos, propone que se potencien las donaciones de cadáveres por encima de la donación de vivos y que la administración no promueva la figura del "buen samaritano" para poder activar los procesos de "trasplantes en cadena".

Los expertos consideran que la administración no debe promover las donaciones de vivos porque "da lugar a confusión entre lo que es justo y lo que va más allá de lo justo, generando sentimientos de responsabilidad o incluso culpabilidad en algunas personas".

El documento, en el que han trabajado más de una treintena de médicos, juristas, filósofos, antropólogos, expertos en ética y otros especialistas, propone que la extracción de un órgano para donación se contemple como causa específica de incapacidad temporal en la legislación laboral y que la asistencia sanitaria del donante quede garantizada de por vida.

También propone que los donantes no tengan penalizaciones en la contratación de seguros médicos.

La profesora de ética médica de la UB y jefa del área de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Hospital General de Hospitalet, Lidia Buisan, ha explicado que no existen suficientes estudios sobre los efectos físicos, psíquicos y sociales que tendrán los donantes vivos.

En este sentido, ha denunciado que, aunque estos trasplantes se practican desde hace 50 años, no fue hasta 2008 cuando se creó un registro de donantes vivos para poder hacerles un seguimiento.

En su propuesta de minimizar la dependencia del programa de donación de vivos para hacer frente a la demanda de órganos, el Observatorio ha cuestionado la intención de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de alcanzar el 15 % de los trasplantes de donantes vivos, cuando actualmente es del 10,7 % en España y del 25 % en Cataluña.

El aumento de la demanda de órganos, la disminución de los accidentes de tráfico con víctimas, la mejora de las técnicas quirúrgicas y el hecho de que resulte más barato implantar un órgano de vivo que de cadáver ha planteado a las autoridades la conveniencia de incrementar la obtención de órganos de donantes vivos.

Sin embargo, el OBD advierte que debe considerarse la "proporcionalidad aceptable" entre el perjuicio previsto para el donante y el beneficio esperado para el receptor, es decir, que el balance de la donación de un órgano de un joven a un anciano, con una corta esperanza de vida, "puede ser negativo".

También advierten que no se debe proponer la donación de vivo ante una situación desesperada de máxima urgencia del receptor y que se debe garantizar un periodo de reflexión del donante para que decida sin coacciones familiares o emocionales.

El OBD pide revisar los protocolos vigentes de consentimiento informado para verificar que se cumplen todas las garantías para el donante y que no se le oculten "que no existen estudios que determinen con precisión los efectos a largo plazo de la donación y que, en todo caso, la pérdida de un órgano lo convierte en una persona más débil cuya calidad de vida puede verse modificada".

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