Al menos cuatro muertos 

Testigos de la explosión sintieron un terremoto y vieron los escombros volar

Una vecina que vive a 600 metros de donde ha tenido lugar el suceso relata cómo los vecinos se acercaban al lugar móvil en mano tranquilizando a sus familiares. Muchos no pueden volver a entrar en su casa. 

Explosión en Madrid. Así ha quedado el edificio
Explosión en Madrid. Así ha quedado el edificio
EFE

Quedaban pocos minutos para las tres de la tarde cuando una vecina que vive a 600 metros de donde ha tenido lugar la fuerte explosión en la madrileña calle Toledo se disponía a comer. De repente los cristales han vibrado, ella ha sentido un pequeño zumbido y un mareo momentáneo. No sabía lo que estaba sucediendo pero esa sensación le ha recordado al "terremoto que viví en Bali". Rápidamente se ha asomado a su ventana, que da a la calle Ronda Segovia y, al no ver nada, ha mirado el móvil que no paraba de sonarle. Un fuerte olor "como a podrido" llegaba cada vez con más fuerza. No era un terremoto, sino una brutal explosión en un edificio de la Parroquia Virgen de la Paloma que ha dejado al menos cuatro personas muertas, una decena heridas y otra desaparecida, según relata a La Información. El testimonio de esta vecina del barrio de La Latina se une al de otras que aseguran "no saber si se había estrellado algo contra el tejado".

Al bajar a la calle el panorama que se iba encontrando era desolador. Tabiques caídos, agujeros en el tejado y ventanas reventadas, unidos a la confusión de decenas de vecinos que como ella se dirigían hacia ese edificio que ha quedado casi en ruinas móvil en mano alertando a sus familiares que "estamos bien, no te preocupes". Entre los que se agolpaban ante los cordones policiales muchos padres del colegio cercano La Salle La Paloma intentando contactar con el centro para saber qué había pasado y decirles que se pasaban a recoger a sus hijos: "Voy a por él ahora mismo". La nieve que cubre todavía el patio ha evitado una desgracia dado que un día normal los alumnos estarían en el recreo.

Los bomberos "han debido ser los primeros en escucharlo porque se encuentran a muy pocos metros". Cuando los vecinos han empezado a agolparse ante los numerosos escombros que tapaban una calle con la nieve todavía acumulada en las aceras "nos pedían que no nos acercáramos más porque podía haber más explosiones o derrumbes".   "Vamos a tener que atenderlos aquí en la calle", se escuchaba a los primeros servicios de emergencia que rápidamente han llegado en masa hasta el lugar. "Rápidamente han empezado a montar un hospital de campaña y hemos visto pasar al menos seis camillas con heridos". 

Muchos vecinos han sido enviados a casa tras recomendarles que no abran las ventanas. Es el caso de Irene, que relata a Efe que "la policía nos ha dicho por el telefonillo que bajemos las persianas, no sé si por riesgo de derrumbe o una segunda explosión", ha relatado por teléfono esta mujer, a quien la deflagración le ha pillado en casa con su pareja, que inmediatamente ha salido a recoger a su hijo. 

Ahora, ni ella pueda salir, ni él entrar. "Mi pareja ha salido para recoger al niño que estaba en la guardería, pero no le han asegurado que pueda volver a entrar", añade preocupada. En su opinión, se han tomado estas precauciones porque "hasta que no tengan todo controlado querrán minimizar riesgos", explica mientras varios helicópteros sobrevuelan la zona.

También enfrente vive Rocío, que confundida ha relatado que se encontraba cerca de la ventana en el momento de la explosión y llegó a dudar si se había producido en su propio edificio. En seguida ha bajado la persiana, ha cogido el abrigo, la mascarilla y el bolso y ha salido a la calle, donde ha comprobado que se trataba del edificio parroquial.

La explosión no solo ha causado desperfectos en el centro parroquial, sino también en los edificios residenciales cercanos, como en el de Lola, que vive en un quinto piso y ha sido testigo de cómo se caía un tabique de su salón. Estaba, relata también por teléfono, con su hijo, que veía los dibujos animados mientras ella esperaba a que empezara el informativo. Eran, recuerda, poco antes de las tres de la tarde. "Estaba comiendo en el sofá y se ha caído la pared de enfrente, que está a metro y medio; han empezado a caer escombros y estaba todo lleno de humo".

Otra vecina de la zona, que vive en una buhardilla, se ha enterado de la explosión al agujerearse su tejado. "Me he puesto a gritar y hemos salido corriendo, yo no sabía qué era, había muchos casquetes volando y no sabía si se había estrellado algo contra el tejado". Thomas Holbach estaba en casa cuando ha escuchado un estruendo "fortísimo" de "menos de un segundo" y después las ventanas "han empezado a temblar". Segundos después todos los vecinos estaban asomados a las ventanas buscando una respuesta al sonido, en medio de la incredulidad. 

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