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Fabricación 'exprés' y alcance masivo: los retos de la vacuna contra la Covid-19

Vacuna Covid-19
Vacuna Covid-19

La carrera por encontrar una vacuna contra la Covid-19 tiene en vilo al mundo entero. Los expertos inciden en que la normalidad tal y como la conocíamos antes no llegará hasta que se apruebe una vacuna y, sin embargo, un tratamiento tan complejo tardaría como mínimo, en circunstancias normales, cinco años en aprobarse... pero el mundo no puede esperar y los laboratorios apuran los procedimientos para la fabricación 'exprés' de la cura contra la pandemia que ya deja a más de 345.000 fallecidos a nivel global.

En tiempo récord, compañías como Pfizer o Inovo han comenzado a realizar las primeras pruebas en humanos y los investigadores de la Universidad de Oxford también señalan que podrían tener buenas noticias para septiembre como respuesta a la situación de emergencia. Además, los resultados preeliminares de una vacuna que está desarrollando un equipo del Instituto de Biotecnología de Pekín y la compañía Cansino Biologics han puesto de manifiesto que es segura y que logra generar anticuerpos contra el nuevo coronavirus. Pero la fabricación a contrarreloj presenta dificultades y puede tener consecuencias en el futuro. 

Uno de las principales complicaciones de crear una vacuna en tan poco tiempo es que no se pueden estudiar los posibles efectos secundarios con todo el rigor necesario. La doctora María Garcés-Sánchez, miembro de Comité Asesor de Vacunas, Pediatra del CS Nazaret en Valencia e investigadora del Área de vacunas de FISABIO, señala que "las vacunas, como el resto de fármacos, deben no solamente demostrar su eficacia frente a la enfermedad, sino asegurar el mínimo de efectos adverso porque se administran a personas sanas" y, por ende, éstas deben cumplir los máximos estándares de seguridad que se le exige a un medicamento. 

"Como regla general, el desarrollo de las vacunas requiere un tiempo mínimo de4 a 5 años en el que se realizan estudios en diferentes fases, evaluándose en cada una de ellas tanto la eficacia para proteger de la enfermedad como la seguridad y la amplia mayoría de las vacunas comercializadas en la actualidad solo presentan efectos adversos leves y muy poco frecuentes", añade Garcés Sánchez. Y para evitar estos posibles efectos secundarios existe un sistema de vigilancia estricto en el que controlan de forma rigurosa cualquier consecuencia, pero en la actualidad la pandemia obliga a acelerar estos proceso y a diseñar diferentes estrategias para poder acortar el tiempo de desarrollo.

La experta incide en que a pesar de las excepcionales circunstancias, los organismos encargados de la autorización de las mismas evaluarán los resultados obtenidos "para asegurar la eficacia con la máxima seguridad posible antes de lanzarlas al mercado". Los investigadores plantean hacer los estudios de forma "paralela", es decir, realizar los diferentes estudios necesarios en cada fase a la vez, con la intención de acelerar el proceso. "No cabe duda que a pesar de ello se intentará mantener los máximos estándares de seguridad para cada vacuna que se comercialice", añade.

Alcance global

Otro de los retos será una vez esté aprobado el fármaco será su distribución. Desde los centros en los que se desarrollará hasta la cantidad de dosis que se produzcan serán factores determinantes para erradicar la pandemia. Por eso la Organización Mundial de la Salud ha lanzado una iniciativa para luchar contra la pandemia a nivel mundial y evitar así que intereses políticos y económicos afecten el desarrollo del fármaco pese a que EEUU no firmó el acuerdo. La misma experta cuenta que "es la vacunación masiva o generalizada la que produce una efecto protector de la población", por lo que conseguir coberturas elevadas, no solo con esta vacuna sino con las que ya están disponibles, es el objetivo de salud que se lleva persiguiendo todos estos años. 

Además, el objetivo de que varios laboratorios trabajen con diferentes métodos es que se logren varias vacunas para poder cubrir la enorme demanda del fármaco. "La esperanza es que todas, en determinado nivel, sean eficaces, y eso es importante, sobre todo, porque necesitamos más de una", afirma el director del programa de vacunas de la Fundación Bill y Melinda Gates, que está proporcionando apoyo financiero a muchos proyectos de vacunas que compiten entre sí a 'The New York Times'. En Estados Unidos ya existen proyectos de 'fabricación paralela' para que simultáneo a los ensayos se produzcan vacunas para que estas se puedan distribuir inmediatamente después de la aprobación. 

Sin embargo, para fabricar y distribuir el medicamento hacen falta desde jeringas hasta los botellines de vidrio, pasando por medios de transporte y mano de obra... son muchos los factores que entran en el juego y habrá que pensar en eso con antemano para evitar pormenores una vez el fármaco ya exista. El primer paso -lograr que el tratamiento se apruebe- soluciona la parte más delicada del proceso, pero para que la cura llegue y se logre la inmunidad generalizada hará falta un largo camino en el que saldrán a luz desde intereses políticos hasta problemas de alcance entre los países más pobres. 

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