Sevilla, 21 nov.- El cortejo fúnebre con los restos mortales de la duquesa de Alba ha salido de la catedral de Sevilla al término del funeral oficiado por el arzobispo emérito hispalense, cardenal Carlos Amigo, para dirigirse al cementerio de San Fernando, donde el cuerpo será incinerado.
Al término de la ceremonia y después del paso del féretro junto a los familiares, un fuerte aplauso ha recibido la salida del cortejo a la avenida de la Constitución, donde unas 20.000 personas, según datos del Ayuntamiento, han estado esperando durante la celebración religiosa.
El marido de Cayetana Fitz-James Stuart, Alfonso Díez, se ha visto apoyado durante el oficio religioso por los hijos de la duquesa y, especialmente al final del mismo, por Cayetana Rivera, hija de Eugenia Martínez de Irujo, quien se ha abrazado durante largo rato al ya viudo de su abuela.
Casi cuatro mil personas, entre familiares, allegados a la fallecida y curiosos han asistido al funeral en el interior de la catedral, donde el arzobispo ha definido a Cayetana de Alba como "noble por herencia y noble, muy noble, de corazón. Noble en el servicio a los más necesitados".
Tras su incineración en el cementerio de San Fernando parte de las cenizas de la duquesa serán depositadas en un acto en la intimidad en una capilla en la iglesia del Cristo de Los Gitanos, de la que la duquesa era muy devota.
El resto de las cenizas se llevará al panteón familiar que la Casa de Alba tiene en el convento de la Inmaculada Concepción de Loeches (Madrid), donde están enterrados los dos primeros maridos de la duquesa, así como sus antepasados.
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