"El comercio ilegal de diamantes y piedras preciosas, de metales raros o de alto valor estratégico, de maderas y material biológico y de productos animales, como el caso del tráfico de marfil y la consecuente matanza de elefantes, alimenta la inestabilidad política, el crimen organizado y el terrorismo", declaró Francisco ante las agencias de la ONU que tienen su sede en la capital de Kenia.
El pontífice argentino destacó la necesidad de defender la "belleza" y la "riqueza natural" del continente africano, en "constante riesgo de destrucción, causado por egoísmos humanos de todo tipo".
"En el contexto de las relaciones económicas entre los Estados y los pueblos, no se puede dejar de hablar de los tráficos ilegales que crecen en un ambiente de pobreza y que, a su vez alimentan la pobreza y la exclusión", afirmó.
Abogó igualmente por relaciones internacionales más equilibradas, a pocos días de la inauguración en Nairobi de la 10ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"La interdependencia y la integración de las economías no debe suponer el más mínimo detrimento de los sistemas de salud y de protección social existentes, al contrario, deben favorecer su creación y funcionamiento", sostuvo.
"Algunos temas sanitarios, como la eliminación de la malaria y la tuberculosis, la cura de las llamadas enfermedades 'huérfanas' y los sectores de la medicina tropical desatendidos, reclaman una atención política primaria, por encima de cualquier otro interés comercial o político", sentenció.
El papa se expresaba ante los programas de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat).
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