Fuencaliente, el antes y el después de un pueblo al que cambió un volcán

  • Miguel Calero.

Miguel Calero.

Fuencaliente (La Palma), 26 oct.- La erupción del volcán Teneguía en la isla de La Palma, de la que hoy se cumplen 40 años, fue la última erupción terrestre ocurrida en España y fue un fenómeno natural que cambió la realidad socioeconómica de Fuencaliente, municipio que lo alberga y en el que se habla del antes y el después del volcán.

Mientras que las personas mayores de este municipio palmero hablan del volcán como algo que ayudó al desarrollo del pueblo, los más jóvenes, que siempre han vivido conociendo el volcán, ven con cierta naturalidad como cada día cientos de turistas lo visiten y conocen el pueblo donde está.

Además en Fuencaliente termina, junto a su faro, la Ruta de Los Volcanes, la más conocida y practicada por los miles de senderistas que cada año llegan a La Palma para recorrer sus parajes naturales.

Y es que la totalidad del municipio de Fuencaliente, unos 57 kilómetros cuadrados, se enmarca en el sistema volcánico de Cumbre Vieja, el más activo de las Islas Canarias.

Los estudios poblacionales ponen de manifiesto que la erupción del Teneguía permitió que la población de Fuencaliente no emigrara, a diferencia de lo que sucediera en otros pueblos aislados de La Palma y en la actualidad el municipio supera los 2.000 habitantes.

El volcán Teneguía entró en erupción el 26 de octubre de 1971, después de haberse sentido en las semanas previas intensos movimientos sísmicos.

Pocas horas después del comienzo de la erupción se formaron cuatro bocas a poca distancia entre sí, que expulsaban lava incandescente y formaban tal espectáculo natural que a los pocos días ya había despertado el interés público.

Tal y como relatan las crónicas de los medios de entonces, gente no sólo de los otros pueblos de La Palma sino incluso de otras islas, se apresuraron a viajar hasta Fuencaliente para ver el volcán.

Las compañías aéreas fletaron incluso vuelos procedentes desde la Península para que los curiosos pudieran venir a esta isla canaria a ver la erupción volcánica.

En los días 24 días que duró la erupción, fueron miles las personas que pasaron por Fuencaliente.

Eduardo Cabrera, vecino de Fuencaliente, afirma a Efe que aunque él no vivió la erupción "es como si lo recreara día a día, pues son muchas las personas que aún cuentan en el bar las historias vividas entonces, cómo ocurrió, las anécdotas".

Explica que las fotografías que se tomaron y que tanta impresión causan ahora a los visitantes "forman parte de nuestra imagen diaria y terminan incluso por pasar desapercibidas".

Otra joven que no vivió el volcán pero que en estos momentos se "aprovecha" del mismo, es Eva Hernández, quien junto a su esposo David Lana, han puesto en marcha el restaurante "La Casa del Volcán" en el que se ofrecen productos que de alguna forma están también influenciados por los volcanes, como el afamado vino de malvasía.

Eva, que además es técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Vinos La Palma, explica que la malvasía es una variedad de uva que tiene en Fuencaliente su máxima expresión, porque se cultiva en las zonas cubiertas por el picón (lapilli expulsada por el volcán).

Además recuerda que la lava del Teneguía "agrandó la isla en más de dos kilómetros cuadrados, y que una parte de esta superficie ha sido trabajada por el fuencalentero para el cultivo de plátanos", por lo que desde el punto de vista de la agricultura, también el volcán ha sido beneficioso.

En la actualidad el Ayuntamiento de Fuencaliente explota un Centro de Visitantes en las inmediaciones del Teneguía, concretamente a las faldas de otro volcán más histórico como lo fue el San Antonio en 1677.

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