Fumar aumenta el riesgo de sufrir artritis reumatoide con peor pronóstico

  • Fumar no solo aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide -una enfermedad crónica que afecta a más de 250.000 personas en España y de la que cada año se producen unos 20.000 nuevos casos-, sino que también puede influir en un peor pronóstico.

Madrid, 7 nov.- Fumar no solo aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide -una enfermedad crónica que afecta a más de 250.000 personas en España y de la que cada año se producen unos 20.000 nuevos casos-, sino que también puede influir en un peor pronóstico.

El tabaquismo es, asimismo, responsable de que los afectados respondan peor a los tratamientos específicos y de una mayor destrucción articular, según concluye un estudio llevado a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona, ha informado hoy la Sociedad Española de Reumatología en un comunicado.

En opinión de una de las co-autoras de la investigación, la doctora Virginia Ruiz-Esquide, de la Unidad de Artritis del Servicio de Reumatología del Clínic, "si un paciente con artritis reumatoide continúa fumando, su enfermedad puede evolucionar de forma más desfavorable. Por eso, se debe insistir en que abandone este hábito".

Investigaciones recientes ya habían puesto de manifiesto que el consumo de tabaco disminuye la eficacia de algunas terapias antirreumáticas como el metotrexato (uno de los pilares fundamentales del tratamiento de esta enfermedad) e incluso de los tratamientos biológicos, en concreto de los anti-TNF alfa.

No obstante, según esta doctora, existían todavía algunas dudas acerca de su efecto concreto sobre la actividad de la enfermedad, la incapacidad y la gravedad de la destrucción articular.

Así, el objetivo del estudio era investigar el efecto del consumo de tabaco en la actividad de la enfermedad medida a través de múltiples parámetros clínicos y analíticos, la incapacidad evaluada a través de cuestionarios validados y el daño articular medido a través de radiografías de manos y pies.

Según los resultados del trabajo, en el que participaron 158 pacientes con artritis reumatoide de reciente comienzo y que fueron seguidos por un periodo de dos años, no hubo diferencias en cuanto a la actividad de la enfermedad ni la presencia de incapacidad entre aquellos que fumaban y los que no lo hacían.

Sin embargo, se observó que aquellos pacientes que eran fumadores activos presentaron un mayor aumento de destrucción articular al cabo de uno y dos años de seguimiento.

Esto fue medido a través del índice de Larsen y de la aparición de nuevas erosiones articulares en radiografías de manos y pies.

Posteriormente, se realizó un análisis de regresión multivariante en el que el consumo de tabaco mostró estar asociado de forma independiente a la progresión radiológica.

"Por lo tanto, en el grupo de pacientes con artritis reumatoide de reciente inicio, ser fumador activo fue un factor de riesgo independiente para presentar una mayor destrucción articular al cabo de dos años de seguimiento", según la especialista.

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