Fundación advierte de que parón ayuda a renovables supondrá pérdida de empleo

Madrid, 31 ene.- La moratoria de las ayudas al desarrollo de las energías renovables supondrá la pérdida de decenas de miles de empleos hasta 2020, asegura el presidente de la Fundación Renovables, Javier García Breva, quién además alerta del peligro de deslocalización y de pérdida de transferencias tecnológicas.

"Esta moratoria continuará la línea política de destrucción de empleo iniciada por el anterior gobierno, frente a unos planes aprobados que estiman la creación de 300.000 empleos en el sector de las renovables y cerca de un millón en el de los servicios energéticos para 2020", matiza García Breva.

Más de 34 entidades entre asociaciones sectoriales, sindicatos y ecologistas se han reunido hoy para expresar su negativa ante una moratoria temporal que deja en suspenso la concesión de primas a nuevas instalaciones del régimen especial (renovables y cogeneración).

Para el presidente de Renovables, esta decisión adoptada por el gobierno, va en "contra de las medidas que necesita España para impulsar una salida sostenible a la crisis económica", al mantener un modelo energético con un mayor consumo de fuentes de energía con precios impuestos desde el exterior y con elevadas emisiones de CO2.

"Con esta moratoria se ahuyentan las inversiones en uno de los sectores que reúne todas las condiciones para apoyar el cambio de modelo productivo y se opta por más importaciones energéticas".

En esta línea, García Breva añade que se trata de una "medida inútil" ya que frenar las renovables sólo crea una "cortina de humo" que impide abordar los problemas energéticos, y recalca que las renovables no son las culpables del déficit de tarifa.

Vicenç Rocosa Girbau, de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, en representación de las asociaciones sindicales, muestra su "preocupación" por la pérdida empleos y liderazgo que tenía España en este sector y que de momento será difícil de recuperar.

Las organizaciones ecologistas representadas por Carlos Bravo de Greenpeace, tachan la decisión de "auténtica insensatez" desde un punto de vista laboral y ambiental ya qué frenar las renovables permite el incremento de las emisiones de CO2.

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