Barcelona.- La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha inaugurado hoy el Centro Esther Koplowitz (CEK) para la investigación, que ha costado 60 millones, en una acto en el que ha anunciado la creación de las acreditaciones "Severo Ochoa" para centros que demuestren ser de los mejores del mundo.
La puesta en marcha del nuevo centro ha sido posible gracias a la aportación inicial de la Fundación Esther Koplowitz, que ha donado más de 15 millones para la construcción del edificio, y que es el mecenazgo a la investigación científica más importante realizado hasta ahora en España, y una de las más destacadas de Europa.
Garmandia ha explicado que las acreditaciones o distinciones "Severo Ochoa", que tendrán una validez de cinco años, se darán a partir de 2011 a un máximo de cuarenta centros, a un ritmo de diez anuales, y que junto a la acreditación recibirán un millón de euros cada año para reforzar sus investigaciones y apoyar sus proyectos.
También ha señalado que a partir de 2015 los centros se evaluarán nuevamente para ver si continúan acreditados, y que en esta selección competirán con los que quieran acceder a esta distinción, que en la práctica supone la creación de una primera liga en el campo de la investigación.
La titular de Ciencia e Innovación ha destacado que el sistema científico español ha dado un gran salto cuantitativo y ha pasado en pocos años de la posición 30 en el mundo a la novena potencia, que la comunidad científica se ha multiplicado por seis en dos décadas y que en los últimos cinco se ha duplicado la inversión en I+D.
En su intervención ha hecho referencia a la importancia del mecenazgo privado y cómo estas acciones son uno de los retos pendientes que tiene la ciencia en España, y ha anunciado que se está trabajando en un nuevo marco fiscal para favorecer donaciones como la realizada por Esther Koplowitz.
En el nuevo centro, que quiere ser un referente en el panorama de investigación internacional, trabajarán unos 450 investigadores del entorno del Hospital Clínic, la Universidad de Barcelona y el IIBB-CSIC (Instituto de Investigación Biomédicas de Barcelona-Centro Superior de Investigaciones Científicas), y que unen sus esfuerzos en el marco del IDIBAPS (Instituto de investigaciones biomédicas Agustí Pi i Sunyer), y del CRESIB (Centro de investigación en salud internacional de Barcelona).
El director del Centro Esther Koplowitz, Vicente Arroyo, ha explicado a Efe que en el CEK se estudiarán enfermedades desde el paciente hasta las células y moléculas y que su proximidad al Hospital Clínic lo convierte en una institución apta para la investigación translacional.
En este sentido ha remarcado que esta circunstancia permitirá a los investigadores disponer de muestras de tejido suficientes cuando pongan en marcha alguna investigación, sin tener que reclutar pacientes, ya que el biobanco del hospital es de los más importantes de España.
El nuevo centro, a menos de cien metros del hospital Clínic, cuenta una superficie de 6.500 metros cuadrados, además de tres plantas subterráneas que suman casi otros 3.000.
El CEK tendrá laboratorios de investigación, de innovación tecnológica y plataformas de apoyo a la investigación genómica, trancriptómica, proteómica, bioinformática, citometría y criopreservación, y la concepción de los espacios de trabajo responde a las necesidades de la biomedicina más puntera, con áreas compartidas para facilitar la interacción, y con plataformas de apoyo accesibles.
Para el presidente de la Generalitat, José Montilla, presente también en el acto, el centro es una oportunidad porque supone un paso adelante en las ciencias, en la salud y en la bondad de la cooperación entre el sector público y privado.
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