Gerry Adams, la cara más conocida del conflicto en Irlanda del Norte

  • El presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, detenido anoche en relación con el asesinato en 1972 de una católica atribuido al IRA, es el rostro más conocido del proceso de paz norirlandés y una figura que aún genera rencor entre los unionistas.

Javier Aja

Dublín, 1 may.- El presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, detenido anoche en relación con el asesinato en 1972 de una católica atribuido al IRA, es el rostro más conocido del proceso de paz norirlandés y una figura que aún genera rencor entre los unionistas.

Admirado por sus seguidores republicanos, Adams es una figura enigmática, pero trascendental, cuya influencia y natural carisma ayudaron a conseguir la firma del histórico acuerdo del Viernes Santo, rubricado en Belfast el 10 de abril de 1998 después de unas maratonianas negociaciones políticas.

Nacido en Belfast el 6 de octubre de 1952 en el seno de una familia vinculada al ahora inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), Adams se perfilaba en su juventud como activista político.

Como muchos de sus correligionarios durante años difíciles del conflicto en la década de los 70, Adams fue "internado" por las autoridades británicas sin derecho a juicio en 1972.

Ese año, cuando tenía tan solo 24 años, las autoridades británicas ya le consideraban importante, por lo que decidieron liberarle y permitirle que acompañase a una delegación negociadora del IRA con las autoridades de Londres.

Después del fracaso de esas conversaciones, las fuerzas de seguridad de la provincia aseguran que inició una carrera meteórica que le llevó a ocupar puestos de responsabilidad en el IRA, entre ellos la jefatura suprema del Consejo Militar.

Aunque Adams todavía lo niega, en periodos clave del conflicto ha hablado con autoridad de las intenciones de la banda terrorista.

Durante las famosas huelgas de hambre de principios de los años 80, como la de Bobby Sands, que murió en prisión, Gerry Adams reconoció también la valía de las urnas para la causa.

Así, en 1983, Adams consiguió un escaño en el Parlamento de Westminster, pero nunca llegó a ocuparlo porque eso suponía prestar juramento de lealtad a la corona británica, algo totalmente inaceptable para la causa republicana.

Pero su victoria parlamentaria supuso un gran impulso para la estrategia del movimiento republicano de aquella época, pues era partidario de la combinación de "urnas y armas".

Su gran relevancia le convirtió en el blanco más deseado por los paramilitares protestantes y, en 1984, sobrevivió a un atentado perpetrado por la Asociación para la Defensa del Ulster (UDA), la banda unionista (a favor de la unión con el Reino Unido) más numerosa de la provincia, en el centro de Belfast.

Su éxito electoral no sólo enervaba a los protestantes, sino que los gobiernos de Londres -el de Margaret Thatcher- y Dublín veían también con cierta preocupación su constante ascenso.

Los dos Ejecutivos elaboraron en 1985 el llamado "Acuerdo Anglo-Irlandés", destinado a reforzar la figura del nacionalista moderado John Hume, líder del Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP) y figura clave del proceso de paz.

Ante el fracaso de ese acuerdo, el propio Hume decidió en 1988 celebrar unas conversaciones secretas con Adams.

El llamado "proceso Hume-Adams" facilitó el primer alto el fuego el IRA de 1994, roto en febrero de 1996, aunque la organización declaró otro definitivo en julio de 1997, dos meses después de la llegada al poder del entonces primer ministro laborista Tony Blair.

La tregua ayudó a crear un ambiente de relativa paz en Irlanda del Norte, lo que permitió la firma del acuerdo del Viernes Santo, que contempló la creación de una Asamblea legislativa en la que estuvieran representados todos los partidos de la provincia.

Durante su carrera, Gerry Adams ha conseguido llevar al movimiento republicano hasta posiciones que los más tradicionalistas no hubiesen aceptado jamás.

En 1998, el 90 por ciento del partido respaldó la decisión de su presidente de sentarse en la Asamblea norirlandesa, un hecho histórico si se tiene en cuenta que el Sinn Fein acudió a las generales de 1997 en el Reino Unido con el eslogan "No a la vuelta a Stormont" (por el Gobierno norirlandés dominado por protestantes).

Seis años después, contribuyó decisivamente al desarme final del IRA y, posteriormente, a la aceptación por parte del Sinn Féin de la Policía y Justicia norirlandesas.

Gran parte del unionismo probritánico llegó a considerar a Adams como un terrorista disfrazado de político marxista, un destacado miembro del brazo armado del Sinn Fein (Ejército Republicano Irlandés) y el responsable directo de numerosos atentados perpetrados en la provincia y el Reino Unido.

Para otros, es uno de los verdaderos arquitectos del proceso de paz y un dirigente visionario con extraordinarias dotes de liderazgo.

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