Con una apisonadora

El Gobierno destruye casi 1.400 armas incautadas a ETA en los años 80 y 90

La asociación Dignidad y Justicia ha declinado la asistencia al considerar que es "una maniobra publicitaria" para "tapar el abandono, humillación y traición a los que tiene sometidas a las víctimas del terrorismo".

Destrucción armas
Destrucción armas
EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la memoria de las víctimas de los GAL, ETA o Grapo en un acto simbólico de destrucción de más de 1.300 armas incautadas a organizaciones terroristas celebrado en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro (Madrid) que no ha contado, pese a estar invitados, con la asistencia de los líderes de la oposición ni los expresidentes del Ejecutivo. Durante el acto ha instado a esclarecer los crímenes y luchar contra la desmemoria. Ha lamentado que, aunque no se puede "recuperar" a los asesinados ni "destruir el pasado negro" de ETA, sí se puede y se debe reparar el dolor sufrido, "arrojar luz" sobre los crímenes sin resolver de ETA y "luchar contra la desmemoria".

En un acto donde se ha utilizado una apisonadora que ha generado un ruido ensordecedor para escenificar la destrucción de armas -luego se llevarán a una incineradora-, Sánchez, ha subrayado la importancia de "seguir defendiendo la memoria" de las víctimas del terrorismo, algo que ha dicho que hay que "proclamar bien alto", citando a continuación a ETA, GAL, Grapo, Daesh y organizaciones de ultra derecha.  "Se levanta acta de la derrota de las balas frente a los votos", ha asegurado Sánchez, aludiendo al ministro de Interior del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba en una intervención en la que ha llamado a "luchar contra la desmemoria y acabar con el miedo para seguir construyendo el camino de la paz".

Sánchez ha recordado que "aun queda por arrojar luz" sobre crímenes de ETA en un discurso que ha servido de cierre de un acto, el primero de estas características que se celebra en Europa, que ha buscado certificar la derrota de una banda terrorista al proceder a la eliminación de armas que cuenta con la autorización previa de los tribunales. 

Se trata de un acto al que no ha asistido ningún líder de la oposición ni los expresidentes del Gobierno, todos ellos invitados, como tampoco la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel García Ayuso. Solo han respondido a la invitación la vicepresidenta segunda del Gobierno vasco, Idoia Mendia, y el alcalde de Valdemoro, Sergio Parra. Quienes sí han acompañado al presidente del Gobierno han sido seis ministros: de Interior, Defensa, Justicia, Exteriores, Política Territorial y Educación; la fiscal general del Estado, Dolores Delgado; el presidente de la Audiencia Nacional y su fiscal jefe, así como representantes de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, entre ellos el jefe de los Mossos, Josep Lluis Trapero.

Tras guardar un minuto de silencio en presencia también de asociaciones de víctimas (Dignidad y Justicia y Covite no han acudido), agentes de Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza, Mossos y Policía Foral han destapado una gran lona blanca situada en el centro del patio, donde estaban tendidas las 1.377 armas y 19 piezas: 697 pistolas, 172 revólveres, 274 subfusiles y fusiles de asalto, rifles de precisión y escopetas de ánima lisas.

Al acto han sido invitados más representantes de las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo, entre ellas Dignidad y Justicia, que ha declinado la asistencia al considerar su presidente, Daniel Portero, que se trata de "una maniobra publicitaria" del Ejecutivo de Sánchez para tratar de "tapar el abandono, humillación y traición a los que tiene sometidas a las víctimas del terrorismo".

En la misma línea el presidente del PP vasco y del grupo parlamentario de PP+Cs, Carlos Iturgaiz, ha afirmado que el acto  es "otro paripé" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para "humillar a las víctimas". Iturgaiz ha criticado que "el Gobierno socialcomunista de Sánchez destruye las municiones de hierro de ETA" y, "al mismo tiempo, le da al entorno de ETA munición política pactando con los proetarras de Bildu la política penitenciaria y blanqueando sus siglas". Por ello, para el presidente de los populares vascos, el acto de destrucción de armas es "otro paripé de Sánchez para humillar a las víctimas".

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