El torero Gonzalo Caballero asumió su muerte: "Decid a mi madre que la quiero"

El diestro Gonzalo Caballero sufrió la cornada en el momento de entrar a matar. /EFE/ Fernando Villar
El diestro Gonzalo Caballero sufrió la cornada en el momento de entrar a matar. /EFE/ Fernando Villar

El torero Gonzalo Caballero ha revelado hoy que después de la grave cogida que sufrió en Madrid asumió que se moría. Sus últimas palabras antes de llegar a quirófano fueron "decirle a mi madre que la quiero". Estas han sido sus primeras declaraciones una vez dado de alta en el hospital San Francisco de Asís en Madrid. El pasado 12 de octubre "cambió mi vida", ha asegurado ante la prensa tras asegurar que cuando tuvo la sensación que dicen de que los "toreros estamos preparados y mentalizados para la muerte.. fue algo muy duro". Y recuerda cuando fue subido a la camilla "casi sin poder respirar notando un grifo de sangre caliente que corría por mi mano". 

Estas han sido las primeras declaraciones del diestro tras salir del hospital casi un mes después del grave suceso que dejó a todo el mundo con el corazón encogido. Con él han comparecido el cirujano jefe de Las Ventas que lo operó nada más ser corneado, Máximo García Padrós, Claudio Gandarias, jefe de la Unidad de Cirugía Vascular del Hospital San Francisco de Asís, y Marisa de Teresa, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Francisco de Asís. También le ha acompañado su amigo Miguel Abellán, el extorero ahora director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.

Han sido días muy duros para Gonzalo y su familia, que no se ha separado de su lado. Su madre y sus hermanos han sido su gran apoyo estos días, al igual que sus amigos, entre los que destacan Froilán y Victoria Federica Marichalar. Aunque la hija de la Infanta Elena ya no es su pareja, siguen manteniendo una estrecha amistad y ella ha estado muy pendiente del joven.

Ahora, Caballero tendrá que seguir con la recuperación en casa. Aunque no será corta. Según García Padrós, podría tardar meses o años en volver a torear, ya que no solo debe reponerse de las secuelas de la cogida, sino que también debe volver a coger la forma física para enfrentarse de nuevo a un toro.

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