Greta Thunberg llega a Portugal: sigue su odisea hasta llegar a Madrid

Greta en Portugal
Greta en Portugal
EFE

Greta Thunberg llega a Lisboa después de tardar 21 días en cruzar el océano Atlántico en el catamarán La Vagabonde. Lo hace con cuatro horas de retraso sobre el horario previsto. Ahora la activista medioambiental deberá seguir su ruta no contaminante para llegar desde Portugal hasta Madrid  para participar en la Cumbre del Clima, la COP25, que reunirá a representantes de más de 200 países hasta el viernes 13 de diciembre. Más de un centenar de personas, en su mayoría periodistas y jóvenes activistas, estaban esperando a la adolescente sueca.

La adolescente se mostró sonriente en la cubierta del barco y se abrigó con un anorak con su nombre en la espalda antes de bajar a tierra. La Vagabonde fue escoltada por varios barcos en su último tramo en aguas del Tajo hasta el muelle, en el que la activista fue recibida con una batucada de tambores y pancartas con mensajes como "Justicia climática ya", "Escucha a Greta, escucha el planeta" o "Hoy barato, mañana caro" por cientos de jóvenes simpatizantes que renunciaron a sus clases para acompañarla. Un barco con activistas de Extinction Rebelion vestidos con trajes rojos y pancartas contra la emergencia climática también la han acompañado en los últimos metros.

El catamarán que transporta a Thunberg ha amarrado en el muelle lisboeta de Santo Amaro, donde será recibida por el alcalde, Fernando Medina, y decenas de simpatizantes de su causa que quieren darle la bienvenida a Europa. "Hoy low cost (barato) mañana high cost (caro)" reza una de las pancartas que portan jóvenes activistas lusos. Junto a Greta han llegado su padre, Svante, los dueños del barco -una joven pareja australiana de "youtubers" y su bebé- y la navegante británica Nikki Henderson.

"Hacia Lisboa", escribió en su última publicación en Twitter, sobre las 9.00 GMT, junto a una foto en la que se ve a la joven sonriendo sobre la cubierta del barco. "Día 20. ¡Nuestro último día en el océano! ¡Ahora casi podemos oler la tierra!", escribió anoche en la red social.

Según el programa previsto, Greta conversará con los activistas que la esperan y con medios de comunicación en el muelle. Nada se sabe todavía de las actividades programadas para el resto de la jornada en Lisboa, aunque todo apunta a que esta noche tomará el Lusitania para viajar en tren a Madrid, donde participará en la Cumbre del Clima. Su negativa a montarse en un avión, por los altos índices de contaminación que genera, reducían las opciones al tren, el autobús o el coche, ya sea particular o compartido para llegar desde la capital de Portugal a Madrid.

Según informaron a Europa Press fuentes de Naciones Unidas, se espera que la joven intervenga ante los líderes mundiales de 196 países que participan en la COP25 y, además también prevé participar en diferentes actividades, no solo en Ifema, sino también el la ciudad de Madrid. Su presencia se espera en la gran manifestación que recorrerá Madrid el 6 de diciembre para reclamar urgencia y ambición climática.

Thunberg, que había viajado con su padre el pasado verano desde Gran Bretaña a Nueva York, a donde llegó a principios de septiembre en el barco ecológico 'Malizia' de Pierre Casiraghi, para asistir a la Cumbre de Acción Climática que tuvo lugar el 23 de septiembre. Su plan inicial era viajar por el continente americano llevando su mensaje de urgencia climática hasta llegar a Santiago de Chile, donde estaba prevista la celebración de la COP25.

Sin embargo, la situación de crisis social en el país latinoamericano llevó al presidente chileno, Sebastián Piñera, a renunciar a acoger la cumbre a finales del mes de octubre. Una vez la COP chilena se trasladó a Madrid, Thunberg buscó entonces un modo de transporte acorde a sus requerimientos climáticos para viajar hasta la capital española, puesto que no viaja en avión por la emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.

La ministra para la transición ecológica en funciones, Teresa Ribera, desde su Twitter personal, ofreció la ayuda de España a la joven para que pudiera asistir a la Cumbre y cuando parecía que finalmente no acudiría, Greta anunció que viajaría en catamarán con una familia australiana que viaja por el mundo con su bebé.

La travesía ha llegado a su fin, pero se desconoce cómo viajará hasta Madrid, pues no ha respondido al mensaje de ayuda del Gobierno español ni tampoco al del gobierno autonómico de Extremadura que le ofreció un coche eléctrico. Tampoco ha dado respuesta a la Fundación Toro de Lidia que la ha convidado a conocer el ecosistema de la dehesa durante su viaje a la capital española.

La joven inició hace un año una huelga ante el parlamento sueco cada viernes para protestar por la falta de acción contra el cambio climático y semana tras semana ha ido inspirando un movimiento mundial de jóvenes que se ha puesto en pie para exigir políticas acordes con la emergencia climática que permitan limitar el aumento de la temperatura global del planeta a 1,5 grados centígrados.

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