Durante la conmemoración, en la periferia sur de la capital donde estaba la sede diplomática, los activistas gritaron los nombres de cada una de las personas que perdieron la vida, observó un fotógrafo de la AFP.
Por la quema de la embajada de España fue condenado en enero del año pasado a 90 años de prisión el exjefe policial Pedro García Arredondo, que ordenó la matanza.
El 31 de enero de 1980, un grupo de indígenas, campesinos y universitarios tomaron la sede diplomática para denunciar la represión en sus comunidades por parte del Ejército.
Para desalojarlos, los militares y policías quemaron la sede, en la que murieron carbonizados 37 personas, la mayoría indígenas, en una acción considerada por grupos humanitarios como una de las peores atrocidades cometidas por los militares durante la guerra (1960-1996).
Entre las víctimas figura Vicente Menchú, padre de la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, el cónsul español, Jaime Ruiz del Árbol, el exvicepresidente de Guatemala, Eduardo Cáceres, y el excanciller guatemalteco, Adolfo Molina.
El único sobreviviente fue el exembajador español Máxio Cajal, pues unl indígena que fue rescatado con vida, posteriormente fue secuestrado del hospital y su cadáver lanzado en el campus de la estatal Universidad de San Carlos.
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