"Aparecen cuando hay escasez"

Los 'hombres grises': así llegaron miles de antígenos al país por canales oscuros

Redes paralelas a la distribución oficial se aprovecharon de la falta de estas pruebas en todo el territorio durante finales de diciembre para ofrecer a los farmacéuticos este producto a cambio de precios elevados.

Farmacia
Los 'hombres grises': así llegaron miles de antígenos al país por canales oscuros.
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Invierno de 2021. La sexta ola de la Covid acecha. Se aproximan las fiestas de Navidad y millones de españoles ansían reunirse con sus familiares, a los que no ven, en algunos casos, desde hace casi dos años. Con pasaporte Covid (o no) o con pautas completas de vacunación (o no), hacerse una prueba de antígenos antes de emprender viaje y evitar así ser un foco de contagio, es casi de obligado cumplimiento. Problema: las farmacias españolas están desabastecidas de estos tets. Claro que, como casi siempre que surge un inconveniente, suele aparecer una (posible) solución.

Así, con la sexta ola 'cocinándose', intermediarios de los codiciados test de antígenos se presentan en boticas de toda España: en algunas de ellas, físicamente; en otras, a través de mensajes de correo electrónico o mediante plataformas de mensajería instantánea. Al parecer, intermedian con productos de distintos sectores, no exclusivamente el farmacéutico, siempre que dispongan de los contactos necesarios. En este caso concreto, estas personas -que están al margen de los canales habituales de distribución farmacéutica- han ofrecido test de antígenos a precios elevados en un mercado desabastecido y deseoso de comprar. Un negocio seguro.

Según ha podido saber La Información, farmacéuticos se han negado a entrar en la espiral de estos intermediarios, pese a que ello supusiese "poner en falta" en su botica los codiciados análisis. Otros, reconocen haber tratado con ellos a fin de poder ofrecer el demandado producto, aunque fuese a precios elevados. La participación de estos intermediarios en el mercado farmacéutico español ha generado tensiones de precios. Según relata un boticario de la zona sur de la ciudad de Madrid a este periódico, un intermediario llamó a su puerta. "Me ofreció test de antígenos cuando nuestros fabricantes, proveedores habituales y cooperativas no disponían de ninguno. El precio era caro, por encima de los cinco euros, lo que obligaba a vender por casi siete o más. Compré una partida. La siguiente vez que vino, el precio era ya un disparate y me negué a seguir en ese juego".

La Información ha sabido, también, cómo las tensiones en los precios y sus correspondientes subidas en la venta de test de antígenos se han producido por el procedimiento del 'mejor postor'. "Entre varias farmacias que tenemos un mensajería compartida para abordar temas profesionales, decidimos hacer un pedido común de antígenos para que nos saliese más económico: cerramos el acuerdo y el día de la entrega nos dijeron que no tendríamos los test... Alguien debió de pagar más que nosotros y desactivó nuestra propuesta", comentan en una botica.

Desde una oficina de Farmacia del sureste de España afirman que "no sabemos si los intermediarios que vinieron representaban a las marcas chinas, porque muchos test se fabrican allí, pero efectivamente la subida de precios fue debido a esto... a la escasez. En condiciones normales las farmacias no compramos fuera de los canales habituales pero, como hubo desabastecimiento, algunos pudieron hacerlo, en principio a empresas con garantías y viendo que el test tenga la legislación correcta, esté con el marcado CE de 4 dígitos, con factura...", afirman. En opinión de esta farmacéutica, los intermediarios "aparecen cuando hay escasez, como ocurrió con las mascarillas. Yo, en principio, prefiero dar la falta... y asegurar el proveedor. Pero claro se aprovechan de que muchos quieren dar el servicio. Muchas veces es una locura porque la gente no entiende que no tengamos mascarillas, por ejemplo, y hay que buscar como sea... pero yo prefiero hacerlo con las garantías habituales".

Pero, ¿cómo operan estas redes que están al margen de los tradicionales canales farmacéuticos? A partir de diversas experiencias que han compartido los titulares de multitudes de farmacias de la Comunidad Valenciana a este periódico, se puede hacer una recreación de cómo han actuado, desde la primera etapa hasta la última, estos 'hombres grises'. La mayoría de ellos procedían de Europa del Este, donde había 'stock' de estas pruebas, que tenían su origen en los laboratorios de China. "Yo me puse en contacto con mi distribuidor de confianza", dice al otro lado del teléfono María, que tiene una farmacia en un pueblo del interior de Alicante. Según ella, su proveedor había conseguido 600 test de antígenos, que venían procedentes de Rumanía en un camión. Sin embargo, el vehículo, conducido por un ciudadano rumano y con 14.000 pruebas en su interior, cambió de destino y nunca apareció en el punto de encuentro, ya que la empresa que los vendía -también de dicho país- decidió a última hora aceptar una oferta mejor de otro distribuidor español.

Muchos de estos camiones -que iban cargados, posiblemente, del bien más demandando en ese momento por los españoles- descargaban la mercancía en "furgones" o "pequeñas furgonetas", que conducían con un objetivo claro: llegar a todas las farmacias del país. "Tenían pinta como de caucásicos. Vestían normales, sin nada que llamara la atención. De repente, se me acercó uno preguntando por la titular de la farmacia; y me dijo que tenían ahí fuera un montón de test de antígenos y que me los podían dar ya. Yo no quise ni preguntar el precio", relata una farmacéutica de Valencia. 

Pero estas redes de suministro paralelas a las oficiales no sólo tenían transportistas de países de Europa del Este, sino también de España (normalmente iban dos dentro del vehículo), que aparecían en los propios establecimientos, llamaban o enviaban mensajes por teléfono. "Nos mandó un número de teléfono un mensaje de Whatsapp, que no teníamos registrado y que no te permitía ver su foto de perfil, y que nos decía, de forma escueta, que tenían antígenos, que estaban por Valencia dando vueltas con una furgoneta y que nos los podían traer en una hora". Este relato coincide con el de otro boticario, que asegura que le vinieron dos hombres de nacionalidad española a venderle unos antígenos a precios "desorbitados". Así, asegura que "me dijeron que tenían el furgón fuera y que podían darme los test en el momento, pero que no querían factura. Me pareció todo muy raro, porque parecía contrabando".

Estas redes paralelas son de sobra conocidas por el Consejo General de Farmacéuticos, que denunciaron ser "víctimas" porque "actores ajenos al canal farmacéutico habían tensionado el mercado y producido aumentos excesivos en los precios". Los ciudadanos -sumidos por el pánico que les generaba la nueva variante de la Covid- actuaron con irracionalidad en busca de antígenos por todos los rincones. Unas semanas que inundaron de episodios surrealistas las farmacias del país, donde, según cuentan, hasta un consumidor llegó preguntando por un test de saliva para su hijo de tres meses. Sin embargo, parece que -como ya ocurrió con las mascarillas- la fijación de un precio máximo por parte del Gobierno ha permitido acabar con estos circuitos alegales.

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