Lisboa, 30 oct.- La Casa Fernando Pessoa homenajeó hoy en Lisboa al poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade en la víspera de los 110 años de su nacimiento en un coloquio donde intervinieron varios especialistas en su celebrada obra.
El legado de Drummond de Andrade (1902-1987), considerado el poeta brasileño más influyente del siglo XX, fue analizado por la actriz brasileña Sura Berditchevsky, la escritora y periodista portuguesa Leonor Xavier y José Carlos Vasconcelos, director de la revista 'Letras', referencia literaria en Portugal.
La amplitud temática y variedad formal envuelta de sencillez del poeta nacido en Itabira (Minas Gerais) fue destacada por Vasconcelos.
El especialista le consideró "el mayor poeta en lengua portuguesa" y constató su influencia en la producción literaria lusa, a pesar de que pocos críticos la hayan detectado.
Drummond de Andrade, creador de un único estilo marcado por una cuidada escritura, es autor de una vasta obra poética dividida en tres periodos creativos caracterizados primero por la ironía, después por los temas sociales y por último por asuntos metafísicos.
Admiradora de sus trabajos, la brasileña Berditchevsky comentó que interpretará esta semana en Oporto y la siguiente en Lisboa una pieza que evoca la intensa correspondencia entre Drummond de Andrade y su hija María Julieta.
"Cartas de María Julieta y Carlos Drummond de Andrade", ya exhibida en Brasil, muestra en el fondo la afinidad intelectual a través de la literatura, resumió Berditchevsky, coautora además del espectáculo.
La periodista Leonor Xavier, antigua corresponsal en Río de Janeiro por el Diario de Noticias portugués, le definió como "el observador de las minúsculas cosas de todos los días" y como un "mito que cruzaba el imaginario de Río".
El acto estuvo moderado por la directora de La Casa Fernando Pessoa, la escritora Inés Pedrosa.
El centro, concebido como un centro cultural destinado a homenajear al ilustre poeta portugués Fernando Pessoa, recibe numerosos coloquios, exposiciones, encuentros de escritores y espectáculos musicales y de teatro en el barrio de Ourique, el mismo donde Pessoa vivió sus últimos quince años de vida.
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