Homofobia en Serbia

  • Grupos de extrema derecha, líderes religiosos, skins y hoolingans impiden que se celebre una desfile del orgullo gay en Belgrado. Diferentes personalidades serbias han lanzado una campaña para apoyar a los homosexuales y así contrarrestar la imagen negativa del país.
Asistentes a un partido de fútbol en Serbia muestran una pancarta de amenazas contra el colectivo homosexual en Belgrado | GlobalPost
Asistentes a un partido de fútbol en Serbia muestran una pancarta de amenazas contra el colectivo homosexual en Belgrado | GlobalPost
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Paul Ames | GlobalPost para lainformacion.com
Paul Ames | GlobalPost para lainformacion.com

Los carteles aparecieron pegados una mañana en las paredes del centro de Belgrado. En ellos se podía ver a un grupo de gente musculosa portando pancartas nacionalistas y la frase "Os esperamos". No se mencionaba a nadie en concreto, pero no había duda sobre a quién iba dirigido el mensaje. Los carteles fueron simplemente el último paso de una campaña de intimidación dirigida contra los activistas de los derechos de los homosexuales que pretendían celebrar un desfile del Orgullo Gay por el centro de la capital de Serbia el 20 de septiembre.

La tensión se ha estado acumulando durante semanas, con líderes de la iglesia Ortodoxa y políticos nacionalistas condenando el desfile y amenazas de violencia por parte de una mezcla de grupos de extrema derecha, skins y hooligans si finalmente se celebraba.

No se puede garantizar la seguridad de los asistentes

Por experiencias anteriores, las autoridades serbias saben que las amenazas de ese tipo se deben de tomar en serio. La última vez que los homosexuales de Serbia organizaron un desfile, en 2001, cientos de jóvenes de extrema derecha irrumpieron en la fiesta y dejaron a numerosos activistas golpeados y cubiertos de sangre.

Frente a la posibilidad de que este año se registrasen nuevos ataques, el gobierno comunicó a los organizadores del desfile que no podrían garantizar la seguridad de los asistentes. El acto festivo fue finalmente desconvocado, para alegría del movimiento homófobo. Un grupo ultranacionalista saludó la decisión como "una gran victoria para la Serbia normal" sobre "satanistas e infieles".

Con la capital en tensión, las autoridades culpan a supuestos gamberros nacionalistas de los recientes ataques a ciudadanos extranjeros, que han dejado en el hospital a un turista australiano y a varios hinchas de fútbol franceses. Un hombre francés continúa grave una semana después de que su grupo fuese atacado en un popular pub irlandés de Belgrado.

Contrarrestar la imagen negativa

Los liberales serbios están horrorizados por los titulares en la prensa extranjera que vuelven a retratar a Serbia como un país retrasado, violento e intolerante. Quieren mostrar un aspecto diferente de su país, y para ello señalan los vídeos que han grabado personajes famosos de Serbia en apoyo a los activistas homosexuales y para pedir al presidente Boris Tadic que termine con los grupos extremistas.

Defensores de los derechos de los homosexuales en Europa han elogiado la forma en que gran parte de los medios de comunicación de Belgrado han manejado estos temas, y señalan que la ley anti discriminación introducida a principios de año por el gobierno de Serbia es un modelo a seguir por otros países de la región.

"Ha habido una amplia cobertura en Serbia… No es como en otros lugares, en donde este tema se esconde y los medios no quieren hablar sobre ello", explica Nanna Moe, de ILGA-Europe, una organización pro derechos de los homosexuales con sede en Bruselas. "Tienen una de las mejores leyes anti discriminación de toda Europa", afirma.

La homofobia continúa muy arraigada en sociedades conservadoras en gran parte del Este de Europa, pero los nacionalistas serbios le han dado un giro especialmente violento y califican a la homosexualidad como una tendencia "extranjera" que soslaya los valores tradicionales. La cuestión de los derechos de los homosexuales es un ejemplo de las grandes brechas que hay en la sociedad serbia casi una década después de que los manifestantes a favor de la democracia derrocaran a Slobodan Milosevic, acusado de ser la persona que orquestó el baño de sangre que dividió a Yugoslavia en la década de 1990.

Distintos planes para Serbia

Mientras muchos ciudadanos apoyan los intentos de Tadic de incluir a Serbia de lleno en Europa, favoreciendo unas relaciones más estrechas con la UE e incluso intentando entrar como miembro en el grupo, los sentimientos anti occidentales todavía están arraigados entre parte de la población.

Los nacionalistas preferirían ver a Serbia forjar una relación estrecha con Rusia, con quien comparte una herencia eslava ortodoxa, y no ocultan su emoción ante el posible viaje a Belgrado del presidente ruso Dmitry Medvedev este mismo mes. A otros les gustaría ver a Serbia tender puentes entre el Este y el Oeste, como había hecho el presidente yugoslavo Josip Broz Tito, quien ayudó a fundar el Movimiento de Países No Alineados (MPNA) en la década de 1960.

Aunque Tadic ha dejado caer que Serbia podría presentar su petición formal para entrar en la UE antes de final de año, su ministro de Asuntos Exteriores, el diplomático educado en Harvard Vuk Jeremic, ha propuesto que Serbia y otros estados de la antigua Yugoslavia celebren una cumbre para relanzar el MPNA.

Si bien la opinión pública en general apoya el acercamiento a la UE, la pertenencia a la OTAN sigue siendo un tema tabú. Los serbios no olvidan la campaña de bombardeos de la OTAN en 1999 en respuesta a las violentas represalias de Milosevic contra los separatistas de etnia albana en Kosovo.

Kosovo continúa siendo un obstáculo en las relaciones de Serbia con Occidente, dado el amplio resentimiento que hay en el país por la decisión de EEUU y gran parte de los miembros de la UE de reconocer la declaración unilateral de independencia kosovar hecha el el año pasado.

Paradójicamente, a Serbia no le resultará especialmente difícil entrar en la OTAN, si es que finalmente se decide a entrar en la organización. Sin embargo, es bastante difícil que se haga realidad en un futuro cercano su deseo de formar parte de la UE.

Los líderes de la OTAN quieren evitar que Serbia se convierta en un potencial islote de inestabilidad en medio de Europa cuando otras naciones balcánicas firmen su ingreso en la alianza. El ingreso de Serbia en la UE se complica además por la indiferencia o la hostilidad demostrada por la opinión pública de Europa occidental ante la posibilidad de que más naciones pobres del Este se unan a la organización, que ya ha admitido en esta década a 12 nuevos miembros.

Los demócratas serbios temen que se produzca un repunte del nacionalismo si el país no percibe los beneficios de un acercamiento a Occidente. Según ellos, es vital que la UE mantenga su compromiso de relajar en enero próximo las estrictas condiciones para que los serbios puedan conseguir un visado para viajar, estudiar o hacer negocios de un modo más libre en el resto del continente.

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