Los repuntes están al alza

Los sanitarios no dejan el hospital en Semana Santa por miedo a la cuarta ola

La imposibilidad de desplazarse a otras comunidades y la situación de pandemia mantienen a casi todas las plantillas de los centros en sus puestos. Los pacientes infectados empiezan a crecer exponencialmente. 

Coronavirus rebrotes
Coronavirus rebrotes
EFE

La Semana Santa será un periodo de trabajo normal para los profesionales sanitarios. Los médicos, enfermeros y demás personal permanecerá mayoritariamente en sus hospitales durante los días festivos que se avecinan justo un año después del que fue el peor de sus carreras por el estallido de la pandemia. Algo que irá aparejado a otras circunstancias que mantendrán la actividad habitual en los centros, como que se continúe en este periodo con las mismas camas que en una semana laborable completa. También continuarán abiertas la mayoría de plantas, debido a que el cierre de algunas de ellas se limita al verano. Pero sobre todo, los profesionales están pendientes y temerosos de la cuarta ola de contagios que está en su génesis. Y por la que ya están experimentando aumentos en ingresos de infectados por coronavirus

Los médicos llevan más de un año exhaustos por todo lo ocurrido durante la crisis sanitaria. De hecho, la Semana Santa de 2020 fue una de sus etapas más complicadas. Esta coincidió con el confinamiento total y el cierre de todas las actividades no esenciales decretada por el Gobierno, y que produjo el parón económico total para intentar doblegar la curva de contagios. Entonces, los contagios estaban disparados a pesar de que la mayoría no se detectaban. Las plantas y las UCI estaban hasta los topes, con algunos hospitales madrileños con un 90% de ocupación de pacientes con Covid-19. A lo que se sumaba que ya llevaban casi un mes sin apenas descansos e infectándose entre ellos por la falta de equipos de protección suficientes que padecían. 

Aunque estos días podrían ser propicios para que descansaran tras haber vivido algo inédito en sus centros de trabajo, la inmensa mayoría ha optado por trabajar como si fuera una semana más, como explican diversas fuentes consultadas. Además de varios motivos personales o de preferencias por otros periodos vacacionales, el aumento de los contagios en las últimas semanas está marcando indefectiblemente la actividad en los hospitales durante los festivos del 1 y el 2 de abril. Los miles de contagios que se registran cada día y el crecimiento de la incidencia hasta rondar los 150 puntos ya se han notado en las plantas y las UCI. En algunos hospitales, como el Enfermera Isabel Zendal, de Madrid, los infectados han doblado su presencia en poco más de una semana. En otros puntos del país, como Andalucía, ya está agravándose esa presión asistencial.

"Estamos en una normalidad relativa. Hay que intentar parar la subida porque entonces no vamos a poder dar toda la asistencia que se nos requiere", explica un médico madrileño consultado, que advierte de que el panorama sigue siendo muy distinto al de antes del coronavirus. "Hay servicios que siguen colonizados por otros volcados con los contagiados. Y esto puede llevar a que haya efectos colaterales para la población", insiste este facultativo, que define con "preocupación" el momento en el que están ahora mismo tanto él como sus compañeros. La ventaja que tienen ahora es que cuentan con muchos más recursos, explican otros profesionales consultados. Por lo que no existe un temor a gastarlos por la escasez que se vivió hace un año. 

Entre los factores a su favor con los que esperan contar en los próximos días está la vacunación de numerosos ciudadanos. La reducción de casos entre los ancianos y también entre los propios facultativos es algo a lo que se agarran para las semanas que se avecinan. "El riesgo cero nunca existe. Pero está claro que esto nos puede ayudar. También que haya gran parte de población con anticuerpos", señala otro médico consultado. Aunque hay que tener en cuenta que la ciudadanía protegida por haber pasado la infección varía en porcentaje en función de la comunidad autónoma en la que residan. Lo que sí tienen claro es que ese aumento comenzó hace poco más de dos semanas. 

Cierres perimetrales, más personal... 

Aun con la preocupación, la situación no es comparable a la de hace dos meses. En aquel momento, la tercera ola estaba disparada y volvieron a vivir momentos de tensión similares a los del comienzo de la pandemia, señalan las fuentes consultadas. Para empezar, muchos de ellos suelen optar por concentrar sus vacaciones en verano. Librar los festivos es algo que está al alcance de muchos, pero en este 2021 no está siendo habitual que muchos sanitarios cojan la semana entera. Los cierres perimetrales también contribuyen a que no cojan unas vacaciones más largas, dada la imposibilidad de salir de sus comunidades. Las mismas fuentes señalan que no le ven sentido a "coger días cuando no podemos movernos". A esto se suma que en numerosos servicios ahora cuentan con más personal. Lo que facilita que ahora se mantengan o incluso crezcan los recursos humanos disponibles.

Esta estancia en el ámbito laboral de los sanitarios va a provocar que se dé una situación muy distinta a la de 2019 y los años previos. En otros periodos de Semana Santa, numerosos profesionales cogen vacaciones. Entre los que destacan los especialistas y los cirujanos, provocando que el número de intervenciones cayera de una manera considerable en esos días destinados al descanso. "Es cierto que, en una etapa normal, se programarían muchas menos operaciones y se vería menos movimiento", señala otro trabajador de hospital consultado. Una profesional de un centro andaluz añade que "es todo muy variable", además de que depende "de la presión asistencial y de los objetivos que se marquen", como puede ser la reducción de una lista de espera. Aun así, todos los consultados por esta redacción insisten en que prefieren irse en verano. Y que ahora ya es están mentalizando para una cuarta ola que, como esperan, sea menos mortífera que las anteriores.

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