Iglesia filipina crea página web y correo para pedir misas por los difuntos

  • La Iglesia Católica en Filipinas ha habilitado una página web y un correo electrónico para que los feligreses puedan solicitar misas por sus difuntos a través de Internet, informaron hoy los medios locales.

Manila, 1 nov.- La Iglesia Católica en Filipinas ha habilitado una página web y un correo electrónico para que los feligreses puedan solicitar misas por sus difuntos a través de Internet, informaron hoy los medios locales.

La medida va dirigida principalmente a los millones de filipinos que viven en el extranjero y no pueden celebrar hoy en su país el Día de Todos los Santos o el Día de los Difuntos, mañana 2 de noviembre.

"Los que no podéis asistir a sus parroquias, principalmente los filipinos que trabajáis en otros países o como marineros, podéis pedir así que se celebre una misa por vuestros seres queridos", afirmó el director de comunicación de la Conferencia Episcopal de Filipinas, monseñor Pedro Quitorio.

Según el prelado, los interesados pueden pinchar en el recuadro "petición de misa" o enviar la lista con los nombres de sus difuntos por correo electrónico y serán incluidos en los servicios entre el 1 y el 8 de noviembre.

Afirmó que, aunque el servicio es gratuito, los creyentes también pueden realizar alguna donación pinchando en el botón sobre el formulario para solicitar la misa.

Más de 1.000 policías velan por la seguridad en los cementerios de Manila ante la avalancha de personas que acuden a conmemorar estos días dedicados a los santos y los difuntos.

Cada primero de noviembre, los camposantos filipinos se transforman en un alborotado mar de cirios y ramos de flores en el que las familias organizan festines, algunos rociados con alcohol, partidas de póquer o karaokes.

Este año, la Conferencia Episcopal también ha alertado contra los falsos sacerdotes que ofrecen misas a cambio de dinero para aprovecharse de los fieles.

Filipinas, con una población de unos 90 millones de habitantes, tiene a otros 10 millones de sus nacionales en el extranjero, cuyas remesas de dinero enviadas a sus familias supone el 15 por ciento del Producto Interior Bruto.

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