Iglesia Greco-Católica se ofrece a mediar para evitar guerra civil en Ucrania

  • El arzobispo de la Iglesia Greco-Católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, se mostró hoy dispuesto a mediar entre los dos bandos enfrentados en este país para prevenir el estallido de una guerra civil.

Ignacio Ortega

Kiev, 25 ene.- El arzobispo de la Iglesia Greco-Católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, se mostró hoy dispuesto a mediar entre los dos bandos enfrentados en este país para prevenir el estallido de una guerra civil.

"Todo el mundo ha reconocido que sin los sacerdotes, en los últimos días hubiera sido muy difícil calmar la ira de la gente. Cada uno, dentro de sus propios límites, debe hacer todo lo posible para lograr la paz en Ucrania y prevenir una guerra civil", aseguró a Efe Shevchuk en un perfecto español.

Shevchuk se manifestó "muy preocupado" por que las protestas pacíficas hayan desembocado en los últimos días en desórdenes y subrayó que es urgente "dejar atrás la lucha sangrienta y regresar a la discusión civilizada para construir un futuro democrático".

"Las protestas pueden deteriorar en una explosión irracional y tener un carácter muy destructivo. Los ucranianos somos un pueblo muy apasionado. Debemos ser fuertes y salvar la unidad del país. Fuerte es aquel que sabe dominar sus emociones", advirtió.

Por ello, los católicos, pero también la Iglesia Ortodoxa y las otras confesiones presentes en Ucrania "llaman a las partes a iniciar un diálogo".

"Se lo dije al presidente, Víktor Yanukóvich. La única alternativa a la lucha sangrienta es el diálogo", insistió.

De hecho, los representantes de las iglesias ucranianas ya se reunieron el viernes con Yanukóvich y harán lo mismo con los líderes opositores en un intento de "jugar un papel de mediadores de la pacificación".

El líder católico aseguró que el detonante de los enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios había sido la aprobación de leyes "dictatoriales" que se han convertido en "un mecanismo de represión".

"El Gobierno debe dejar de hablar con el pueblo desde una posición de superioridad, de fuerza. Cuando la gente siente que usan contra ella la represión, reacciona de la misma forma", destacó.

Shevchuk opina que, aunque ambas partes en conflicto tienen responsabilidad por la violencia, el hartazgo de los manifestantes tras dos meses de protestas está más que justificado.

"Es normal que después de casi dos meses de protesta pacífica la gente esté cansada. Cansada de las palabras vacías, cansada de la rigidez que muestra a veces nuestro gobierno y cansada de las promesas de la oposición", destacó.

Aunque niega tajantemente que Ucrania sea un país dividido en dos bandos, afirmación que considera una "irresponsabilidad", sí cree que aún se encuentra en pleno proceso de transición postcomunista y de "lucha interior entre su pasado autoritario y su futuro democrático".

"Hay mucha gente que siente nostalgia del pasado, que se siente cómoda con las reglas de un país totalitario porque se siente segura y protegida. Pero hay mucha otra gente, especialmente los jóvenes, que nacieron y crecieron en un país democrático e independiente y rechazan todo tipo de totalitarismo", subrayó.

El arzobispo opina que "la nueva Ucrania ve su futuro como un país democrático y europeo".

En su opinión, "la diversidad regional ucraniana no es una maldición, sino una riqueza" y acusó de instigar la división a aquellos interesados en regenerar la Unión Soviética, en clara alusión al presidente ruso, Vladímir Putin.

"Las protestas pacíficas son algo raro en un país postcomunista. Nadie está acostumbrado a expresar libre y pacíficamente sus convicciones. Las protestas pacíficas ya son una victoria", subraya.

Shevhuk resalta que "todo el mundo está maravillado con que miles de personas jóvenes, libres y con los rostros lúcidos manifiesten pacíficamente sus convicciones democráticas".

Además, defendió la presencia de sacerdotes en primera línea de las protestas, como ocurriera en Polonia en los años 70 y 80 del siglo XX, lo que ha irritado a las autoridades, que llamaron la atención por escrito a Shevhuk.

"Tenemos que estar con nuestra gente. Los sacerdotes católicos son mensajeros de la paz. El coraje de nuestros sacerdotes, que no han abandonado a su rebaño ante el peligro, es la imagen del buen pastor que ofrece su vida por sus ovejas", dijo.

Pero niega que él hubiera ordenado a sus sacerdotes que se personaran en los escenarios de las protestas y que estos participen activamente en la organización del Euromaidán.

"Yo no insté a nadie a salir a las calles, pero estoy muy contento de que lo hicieran. Fue algo auténtico. Pero existen límites. Sólo pueden rezar y estar presentes en las protestas pacíficas", precisó.

Shevchuk considera que su iglesia, que agrupa al 10 % de los ucranianos, tiene una gran autoridad moral por haber resistido el estalinismo sin colaborar con las autoridades soviéticas, al contrario que los ortodoxos.

"El papa Francisco es muy apreciado en Ucrania. Ya rezó por la paz y la reconciliación en Ucrania en su oración navideña. El santo padre está con nosotros", aseveró.

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