El consumo moderado de cerveza puede incluirse en el tratamiento dietético de pacientes con obesidad

El consumo moderado de cerveza puede incluirse en el tratamiento dietético de pacientes con obesidad
El consumo moderado de cerveza puede incluirse en el tratamiento dietético de pacientes con obesidad
EUROPA PRESS
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Existe una creencia popular de que la cerveza, por su contenido calórico, engorda. Sin embargo, tal y como se expone en el XI Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), numerosos estudios han cuestionado esta idea, y han comprobado que el consumo moderado de bebidas fermentadas no está relacionado con sufrir obesidad, ya que el aporte calórico de estas bebidas es bajo. Así, la causa de ese sobrepeso no estaría en la bebida, sino en los malos hábitos alimenticios, la vida sedentaria e incluso la genética .

En la conferencia, se hace referencia a algunos de esos estudios, entre los que destaca "Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal", que afirma que un consumo moderado de cerveza, ya sea tradicional o sin alcohol, no provoca aumento de peso ni modificaciones en la composición corporal. Además, las mediciones antropométricas realizadas a los participantes no mostraron modificaciones en la circunferencia del brazo, cadera y cintura, ni alteraciones significativas en los pliegues cutáneos.

De igual forma, la investigación "Relación entre el consumo moderado de cerveza, calidad nutricional de la dieta y tipo de hábitos alimentarios", realizada por la catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa María Ortega, y por el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra, concluye que las personas que ingieren cerveza de forma moderada suelen presentar mejores hábitos alimentarios y mayores niveles de HDL (colesterol bueno) y menores de LDL (colesterol malo) que los no consumidores.

Además, el estudio también refleja que los consumidores moderados que participaron presentaron una composición corporal más adecuada, considerando consumo moderado tres cañas diarias en el caso de los hombres y dos cañas diarias para las mujeres.

Estos resultados pueden deberse a la baja cantidad calórica de esta bebida fermentada (solo 90 kcal en una caña de 200 ml), y un porcentaje aún más pequeño en el caso de la cerveza sin alcohol (una media de 34 kcal para la misma cantidad).

El doctor Goñi en su documento "Papel del consumo de cerveza en el tratamiento dietético del obeso" resalta que, "incluso en las dietas a pacientes que sufren problemas de obesidad, se puede incluir la ingesta de una cantidad moderada, siempre que no esté contraindicado por un problema médico". Según explicó durante su ponencia, una dieta para adelgazar debe ser equilibrada y sencilla de realizar, por lo que no se debe restringir aquellos alimentos propios de nuestra cultura mediterránea, como la cerveza.

En este sentido, en su manual "Cuida tu peso fuera de casa" ofrece una serie de consejos donde expone que acompañar una caña de cerveza con una pequeña porción de comida puede ser una práctica saludable, siempre que se opte por alimentos bajos en calorías y pobres en grasas.

EN LA DIETA MEDITERRÁNEA

Por otra parte, diversos estudios determinan que la cerveza puede formar parte de la dieta mediterránea y que, gracias a su bajo contenido alcohólico y calórico, puede ser un buen acompañamiento en las comidas. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) incluye la cerveza en la Pirámide de la Alimentación Saludable, principal referente en materia nutricional donde se integran todos los alimentos propios de nuestra dieta.

La cerveza, por su composición rica en ingredientes naturales (agua, lúpulo y cebada) y su alto contenido en vitaminas y minerales, la cerveza puede producir efectos positivos para el organismo, siempre que sea consumida con moderación por individuos adultos y sanos.

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