Cuando Michael Labuschange sufrió un paro cardíaco a los tres meses de edad, los médicos del hospital de Bristol, Reino Unido le indujeron al coma y el pronostico era devastador: dijeron que no despertaría de nuevo.
Lo increíble sucedió siete meses después cuando al bebé le redujeron la sedación y lo primero que hizo fue sonreír a su padre. Y, afortunadamente, las revisiones de los médicos indicaron que el crío no había sufrido daños cerebrales.
Sin embargo, ahora el pequeño Michael se enfrenta a una cirugía porque tiene un tumor cardíaco muy extraño. Sus padres están tratando de recaudar 116.000 libras para poder operar al bebé en un hospital de Boston, Estados Unidos. Para lograrlo han abierto una página de GoFundMe para recibir donaciones que ya lleva más de 20.000 libras recaudadas.
El bebé no puede sentarse o sostener su cabeza, pero los padres esperan recaudar en los próximos seis meses el dinero para someterle a la intervención.
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