La industria farmacéutica cambia su enfoque para ayudar a combatir las enfermedades crónicas en países pobres

Reuters/EP
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Hasta 22 compañías, incluidas Pfizer, Merck, Novartis, Roche, Sanofi y GlaxoSmithKline (GSK), aportarán fondos y su experiencia a este proyecto respaldado por el Banco Mundial que se ha presentado durante el Foro Económico Mundial que se celebra en Davos (Suiza), que busca mejorar el tratamiento y la prevención de estas patologías.

Hasta hace unos años el foco de la asistencia sanitaria en los países con menos recursos ha sido la lucha contra las enfermedades infecciosas, ya sea a través de vacunas, programas de acceso a medicamentos o mosquiteras para evitar el contagio de la malaria.

Sin embargo, la carga asistencial está cambiando a medida que las muertes por estas enfermedades disminuyen y los habitantes de estas poblaciones cada vez más urbanizadas sucumben a enfermedades como el cáncer, la diabetes y los trastornos cardiovasculares o pulmonares, promovidos por hábitos de vida cada vez más occidentales

De hecho, se estima que estas enfermedades no transmisibles son responsables de casi el 70 por ciento de todas las muertes a nivel mundial y casi tres cuartas partes se producen en países de bajos y medianos ingresos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El director ejecutivo de Roche, Severin Schwan, ha asegurado que su compañía, el mayor fabricante mundial de medicamentos contra el cáncer, y otras ya están ofreciendo precios diferentes para el mundo en desarrollo, aunque el coste es sólo un obstáculo ya que estos países también necesitan mejores sistemas sanitarios para que sus pacientes puedan beneficiarse de la innovación.

"Tiene mucho que ver con la infraestructura hospitalaria, que no puede administrar medicamentos antitumorales de última generación si no sus laboratorios no cuentan con instalaciones sofisticadas. Vamos a institucionalizar la cooperación en esta área", ha explicado a Reuters.

El cáncer es el foco inicial y las compañías farmacéuticas trabajarán con la Unión para el Control Internacional del Cáncer para probar nuevos diagnósticos y tratamientos en varias ciudades del mundo a través de un estudio piloto.

Por su parte, el consejero delegado de Sanofi, Olivier Brandicourt, ha reconocido que la inversión de 50 millones a la que se han comprometido es sólo el comienzo y resulta una cantidad relativamente pequeña para una industria que factura alrededor de mil millones de dólares anuales.

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