Tenía 18 años

Un informe apunta a que un joven pudo perder su ojo por una bala de foam

Unos hechos que ahora está investigando el juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona. De momento, no ha sido identificado o imputado ningún agente de la policía catalana.

Un mosso antidisturbios empuja un contenedor durante una manifestación por el referéndum del 1-O en Cataluña, a 1 de octubre de 2021, en Barcelona, Cataluña (España). El independentismo catalán celebra este viernes el cuarto aniversario del referéndum ilegal celebrado el 1 de octubre de 2017 y, con motivo de esa conmemoración, el colectivo de Comités de Defensa de la República Acción Directa (CDR-Acció Directa) convoca esta manifestación. La conmemoración de este referéndum se produce en medio cuando actualmente Moncloa y Generalitat negocian y mantienen un diálogo para rebajar las tensiones entre ambas administraciones.
Lorena Sopêna / Europa Press
1/10/2021
Un informe apunta a que un joven pudo perder su ojo por una bala de foam.
Europa Press

Un informe del Instituto de Medicina Legal de Cataluña concluye que la pérdida de un ojo que sufrió un manifestante de 18 años en el marco de las protestas de 2019 contra la sentencia del procés es compatible con una bala de foam de los Mossos d'Esquadra, unos hechos que ahora está investigando el juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona.

El joven sufrió lesiones oculares el 18 de octubre de 2019 en las inmediaciones de la plaza Urquinaona de Barcelona, uno de los lugares en los que se estaban desarrollando las protestas, y si bien este informe apunta a que la pérdida de ojo es compatible con un proyectil de foam, no ha sido identificado o imputado ningún agente de la policía catalana.

El citado informe forense constata una relación de "casualidad positiva" entre las lesiones del ojo izquierdo del joven y el impacto a gran velocidad de una bala de foam: "Las lesiones objetivadas son consecuencia de un traumatismo directo e intenso sobre el globo ocular izquierdo, por lo que se establece una relación de casualidad positiva con el mecanismo de producción referido por el lesionado", sostiene el informe, y, en este sentido, agrega que, por tanto, se considera que las lesiones "son compatibles con un impacto a gran velocidad por un objeto compatible con un proyectil de foam de 40 milímetros de diámetro".

El joven manifestante fue atendido en un primer momento por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) en el lugar de los hechos y, posteriormente, trasladado al departamento de oftalmología del Hospital Sant Pau, donde se le diagnosticó un traumatismo ocular y orbitario en el ojo izquierdo.

Una vez fue dado de alta, el lesionado completó el tratamiento antibiótico y antiinflamatorio en su domicilio, con controles médicos periódicos y con el apoyo psicológico del centro Iridia.

De hecho, en la exploración psicológica recogida en el informe forense, se subraya que el joven no presenta alteraciones de la memoria, concentración o capacidades de planificación entre otras facultades, si bien constata que presenta "sentimientos de tristeza, baja autoestima y desmotivación" después de los hechos.

El joven verbaliza que "le cuesta adaptarse a la nueva situación", presenta "fatiga emocional" y se siente "inseguro" por el "efecto de rechazo que crea en otras personas la lesión del ojo", señala el informe del Instituto de Medicina Legal. El 16 de junio de 2020 fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Sant Pau, operación en la que se le colocó una prótesis ocular externa en la cavidad eviscerada.

El joven relató a los médicos que recibió un "fuerte golpe a nivel ocular con un intenso dolor que le desorienta y cae al suelo", así como pérdida de visión en el ojo izquierdo. Tras conocerse este informe, Iridia insiste en que la comisión del Parlament sobre el modelo de seguridad debe revisar esta herramienta policial ya que las balas de foam pueden provocar "lesiones graves" en el marco de una manifestación, y esgrime además que los casos conocidos demuestran la "falta de trazabilidad" de estos proyectiles.

Iridia defiende asimismo que es preciso revisar los mecanismos de control interno en el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, dada la "falta de capacidad" para identificar a los agentes responsables de los disparos de estos proyectiles.

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