El uso de injertos arteriales criopreservados salva las extremidades en el 55% de casos a los 3 años de la intervención

EUROPA PRESS

Un estudio elaborado recientemente por especialistas de la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Vascular del Hospital Virgen de Valme de Sevilla ha constatado que el uso de injertos arteriales criopreservados en las derivaciones infrageniculares, en ausencia de vena adecuada para llevar a cabo una revascularización, permite salvar la extremidad, manteniéndose ésta en más de la mitad de los casos (55%) al tercer año de haber llevado a cabo esta intervención.

Según una nota de prensa, el trabajo de investigación coordinado por el responsable de la unidad, el doctor Andrés García León, señala, asimismo, que a los seis meses de haber practicado la intervención haciendo uso del injerto criopreservado (procedente de donante fallecido) la extremidad se mantenía correctamente en el 86 por ciento de los casos mientras que al año la cifra se situaba en el 76 por ciento de los pacientes analizados.

La realización de este estudio viene a arrojar luz sobre los posibles beneficios del uso de estos injertos arteriales en pacientes con escasas opciones terapéuticas tras otras revascularizaciones previas. Ninguno de los participantes en esta investigación presentaba vena disponible aprovechable para el tratamiento mientras que el 82,6 por ciento de los analizados ya habían sido sometidos a una revascularización anterior.

Otro dato especialmente reseñable es el de la supervivencia tras la intervención. Al año era del 100 por cien mientras que a los tres años se mantenía en el 85 por ciento.

Este estudio ha sido presentado de forma pormenorizada en el 62º Congreso de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, celebrado recientemente en Sitges (Barcelona).

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