Inmigrantes en Melilla piden a gritos al ministro su traslado a la península

  • Noelia Ramos.

Noelia Ramos.

Melilla, 6 mar.- Los inmigrantes acogidos en Melilla en un centro de estancia temporal saturado tras las últimas entradas masivas han lanzado hoy un mensaje claro al ministro del Interior, Jorge Fernández, que se reduce en pocas palabras, posiblemente las únicas que muchos conocen en español: "salida" (a la península) y "CETI no".

La visita al CETI ha sido uno de los momentos que más revuelo y confusión han generado de todos los actos convocados en la agenda prevista para hoy por el ministro durante su visita a la ciudad autónoma.

Revuelo porque cientos de inmigrantes le esperaban para hacer oír su reivindicación en medio de un fuerte despliegue de seguridad, con miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Y confusión porque, a pesar de que estaba fijada en la agenda, se llegó a comunicar a los medios de comunicación que aguardaban al ministro la suspensión de la misma "por motivos de tiempo".

Sin embargo, la visita al Centro de Estancia Temporal se volvió a replantear cuando muchos de los periodistas ya se dirigían al siguiente punto marcado en la agenda oficial del viaje.

Antes de la entrada en el centro del ministro, que ha realizado en coche, se le había adelantado la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Moral, quien le ha acompañado a Melilla.

Al llegar ha visitado algunas de las zonas del CETI, donde se han tenido que instalar más de una decena de tiendas de campaña, donadas en principio por el Ejército y sustituidas ahora por otras que Cruz Roja tiene desde el 2005, el año de las avalanchas.

El centro alberga a casi 1.300 inmigrantes cuando su capacidad teórica es de 480 personas.

El grupo mayoritario, de acuerdo a su nacionalidad, es de los procedentes de Mali, con unas 270 personas, seguidos por los de Guinea Conakry, y los sirios, que suman alrededor de 150, entre adultos y menores.

Todos ellos han unido sus voces para exigir a gritos salir de un CETI desbordado y que, entre ayer y hoy, han abandonado unas 80 personas dentro de un programa de traslados a la península que se prevé que continúe en las próximas semanas.

Unos irán a centros de acogida gestionados por ONG colaboradoras y otros serán conducidos a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), el teórico paso previo a la repatriación que, en muchos casos, nunca llega a producirse.

Fernández Díaz ha tenido la oportunidad de interesarse por varias historias concretas, entre ellas la de una mujer subsahariana que ha hablado un par de minutos con el ministro, mientras que llevaba a un bebé colgado en la espalda.

El ministro, por respeto a estas historias, no ha querido desvelar el contenido de sus conversaciones con los inmigrantes a los que se ha dirigido, pero, a buen seguro, les habrán contado su historia personal, en muchos casos cargada de dramatismo.

La reivindicación de los inmigrantes no ha sido la única que Fernández Díaz se ha encontrado en el CETI, ya que a las puertas del centro se concentraban familiares y allegados de Emin y Pisly, dos jóvenes melillenses fallecidos en Marruecos en octubre del 2013 por disparos de la Marina Real Marroquí.

Los familiares han increpado al ministro y a la secretaria general de Inmigración, a los que han exigido una mayor implicación del Gobierno, ya que, transcurridos más de cuatro meses de las muertes, siguen sin tener ningún tipo de información de lo ocurrido.

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