Interrumpir el tratamiento contra el asma en verano puede agravar los síntomas


Un estudio del programa de información sobre asma ‘Respirar es Vida’ revela que la interrupción del tratamiento contra el asma durante los meses estivales puede agravar los síntomas a la llegada del otoño. Los expertos recomiendan proseguir con la toma de medicamentos para evitar recaídas en septiembre.
“El verano suele marcar un periodo de descanso de los síntomas entre las fases críticas de primavera y otoño. Por este motivo, y bajo la falsa sensación de control de la enfermedad, los pacientes dejan de tomar sus medicamentos”, indicó la especialista de Neumología del Hospital Ramón y Cajal Sagrario Mayoralas, al tiempo que destacó la peligrosidad de esta práctica, pues síntomas como tos, sibilancias, disnea u opresión en el pecho pueden reaparecer con más fuerza en septiembre.
Asimismo, condiciones típicas del verano como la humedad en zonas de costa, el aumento del ozono, el aire acondicionado o las tormentas de verano pueden provocar más episodios de crisis asmática. “Todos estos factores pueden ser los desencadenantes de exacerbaciones o crisis asmáticas”, remarcó el enfermero del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau Jordi Giner.
Septiembre es el mes más peligroso, especialmente en la población infantil. De acuerdo con un estudio realizado por el Hospital St. John de Detroit y el Hospital Lenox Hill de Nueva York en más de 90.000 niños, las crisis asmáticas ocurren con el doble de probabilidad en septiembre, coincidiendo con la vuelta a las escuelas.
El programa ‘Respirar es Vida’ recomienda llevar un buen control del asma durante todo el año. A este respecto, la doctora Mayoralas destacó: “Las medicinas para el asma son medicamentos de acción a largo plazo que se toman a diario para reducir la inflamación de los pulmones y prevenir el agravamiento de la enfermedad. Así, aunque el paciente pueda sentirse bien, sus pulmones dependen del efecto terapéutico de estos fármacos para controlar la inflamación”, por lo que no hay que interrumpir el tratamiento.
También se recomienda una mayor visibilidad de los medicamentos para que no se olvide su uso, así como el uso de dispositivos de fácil uso y transporte. “Los dispositivos de inhalación más sencillos favorecen la adherencia al tratamiento. También se aconseja simplificar los regímenes terapéuticos, así como la unificación de los dispositivos inhaladores o, en caso de que se utilice más de uno, que sean lo más parecidos en cuanto a la técnica de utilización”, concluyó Jordi Giner.

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