Irán pide a la ONU que vigile frontera siria para evitar contrabando de armas

Teherán, 11 jul.- Irán ha pedido a las Naciones Unidas que tome el control de las fronteras de Siria para impedir el contrabando de armas con destino a los grupos rebeldes que pretenden derrocar al presidente de ese país, Bachar al Asad, el principal aliado árabe del régimen de Teherán.

Según dijo a la agencia oficial iraní, IRNA, el viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y Africanos, Husein Amir Abdolahian, el plan de paz del mediador para Siria de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, "no ha tenido éxito debido a que se ha armado a los insurgentes, lo que ha favorecido el caos".

El alto cargo del Gobierno de Teherán, uno de los más firmes aliados del régimen de Damasco, acusó a "algunos países", en referencia a EEUU y varios estados árabes, de "crear obstáculos al plan de paz de Annan" para Siria y favorecer a "grupos terroristas" que, en su opinión, dificultan las "reformas democráticas".

"Si se vigilan las fronteras sirias, los insurgentes no podrán proseguir sus sabotajes", dijo Abdolahian, quien mostró su convencimiento de que eso propiciaría "volver a la normalidad".

Irán considera que el conflicto sirio, en el que han muerto al menos 11.000 personas en menos de año y medio, según la ONU, es político y no militar y que lo han de resolver los sirios entre ellos, dijo Abdolahian.

Mientras Teherán ha acusado a los gobiernos de EEUU y a algunos países árabes de armar a los grupos rebeldes sirios, a los que considera "terroristas", tanto la oposición armada siria como Washington han asegurado que Irán respalda militarmente, con armas y efectivos, a Al Asad.

Ayer, Annan visitó Teherán donde el ministro de Asuntos exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, le ofreció la ayuda de su país para buscar una solución negociada al conflicto de Siria y le advirtió de que una decisión errónea sobre ese país árabe puede causar una catástrofe en la región.

Él régimen islámico de Irán, que reprimió sangrientamente las protestas que siguieron a las denuncias de fraude en las últimas elecciones presidenciales del país, en 2009, ha apoyado sin embargo las revoluciones y levantamientos en los países árabes, tanto en Túnez como en Egipto, Libia, Yemen, Bahrein, Jordania y Arabia Saudí.

Sin embargo, respalda al presidente Al Asad, su principal aliado árabe, y considera el levantamiento contra el régimen de Damasco obra de grupos terroristas promovidos por potencias extranjeras, en especial Estados Unidos y algunos países árabes.