Irlanda del Norte apura el plazo para cerrar un acuerdo económico con Londres

  • Los cinco partidos del Gobierno autónomo de Irlanda del Norte apuran hoy las últimas horas del plazo que se han marcado para cerrar con Londres un plan económico a largo plazo del que depende también el desbloqueo de diversos flecos pendientes del proceso de paz en la región.

Guillermo Ximenis

Londres, 22 dic.- Los cinco partidos del Gobierno autónomo de Irlanda del Norte apuran hoy las últimas horas del plazo que se han marcado para cerrar con Londres un plan económico a largo plazo del que depende también el desbloqueo de diversos flecos pendientes del proceso de paz en la región.

Las partes se mostraron optimistas durante la jornada sobre la posibilidad de firmar "en el último minuto" un acuerdo que podría desbloquear la aplicación de recortes en algunas áreas del presupuesto norirlandés, marcar una hoja de ruta para reactivar la economía a diez años vista y limar asperezas en algunos de los temas políticos que todavía generan disturbios en la región autónoma.

Las formaciones de un Ejecutivo que integra, entre otros, al republicano Sinn Féin y el conservador Partido Democrático Unionista (DUP), han acordado tras un diálogo de once semanas pedir a la administración del Reino Unido 2.000 millones de libras (2.500 millones de euros) en fondos directos y préstamos para la próxima década.

La representante del Gobierno británico en la mesa de negociaciones, la ministra para Irlanda del Norte Theresa Villiers, ha asegurado que Westminster está siendo "generoso y positivo" en lo financiero, si bien recalcó que cualquier acuerdo económico está condicionado a que los partidos encuentren un denominador común en torno a diversas cuestiones políticas conflictivas.

Junto a los problemas presupuestarios las formaciones del Ulster debaten temas espinosos que les han separado durante décadas, como los desfiles protestantes, la cuestión de las banderas en los edificios públicos y la gestión del legado de casi 30 años de un conflicto armado que causó más de 3.500 muertos.

El plazo para ponerse de acuerdo concluye esta noche en cualquier caso, se llegue o no a un acuerdo, por lo que el ministro principal norirlandés, Peter Robinson, describió las reuniones durante la tarde, visiblemente cansado, como una "maratón" y advirtió de que los partidos apurarán hasta el último minuto para tratar de avanzar en sus posiciones.

"Me siento como el corredor de una maratón que ha recorrido veinte millas y ya ve la luz del estadio. Si finalmente vamos a llegar y cruzar la meta, tan solo en las próximas horas se podrá decir", señaló el unionista.

Tanto Londres como Stormont (sede de la Asamblea autónoma norirlandesa) descartan continuar el diálogo más allá de esta noche. Las fiestas navideñas impedirán proseguir los encuentros en los próximos días, mientras que ya en enero los partidos se centrarán en la campaña para las elecciones generales de mayo en el Reino Unido.

Inmersas en un clima electoral, todas las partes consideran que sería imposible llegar a acuerdos sin ofrecer a sus votantes una imagen de que están haciendo concesiones a sus rivales políticos.

En estas intrincadas negociaciones, los desencuentros sobre el proceso de paz entre los norirlandeses se entremezclan con el tira y afloja económico con Londres, que exige reformas en la administración norirlandesa a cambio de mayor apoyo económico.

El izquierdista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), es reacio a aplicar los recortes presupuestarios en los servicios sociales que ordena Londres, lo que ha dificultado la toma de decisiones en el Ejecutivo norirlandés de poder compartido.

El enroque de los republicanos ha llevado al primer ministro británico, David Cameron, a ofrecer nuevos fondos a Irlanda del Norte, y al ministro de Economía, George Osborne, a comprometerse a transferir nuevas competencias para fijar el impuesto de sociedades en Belfast.

Si bien el DUP de Robinson acepta la necesidad de hacer ajustes en el presupuesto, la pasada semana concedió su apoyo a la última propuesta de los republicanos, que aceptarían recortar prestaciones sociales a cambio de que Londres financie un fondo especial para los ciudadanos más vulnerables.

"Creo que hay verdaderas posibilidades de que acabemos este trabajo, pero requiere que todos nos esforcemos. Debemos ser optimistas, aunque no somos ingenuos respecto a los retos que afrontamos", dijo Robinson.

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