Italia rememora cinco años después el terremoto que asoló L'Aquila

Gonzalo Sánchez

Roma, 5 abr.- Italia recuerda este fin de semana la madrugada de abril de 2009 en la que un terremoto azotó la región central de Los Abruzos y redujo a escombros su capital, L'Aquila, cuyo centro histórico sigue prácticamente deshabitado y en reconstrucción.

A las 03.32 hora local (01.32 GMT) del 6 de abril de aquel año, un terremoto de 5,8 grados en la escala Richter sacudió esta ciudad entre los Apeninos y el mar Adriático, destruyendo sus edificios y sus infraestructuras y saldándose con la muerte de 309 personas y decenas de miles de heridos.

Un suceso que recordó en entrevista con Efe el alcalde de L'Aquila, Massimo Cialente, que aseguró que el terremoto "ha marcado la historia de la ciudad" cuya reconstrucción hoy, cinco años después, "se encuentra en un punto medio" y se prevé terminar en 2020.

Y es que, a pesar de que las promesas políticas se han sucedido desde el desastre, en la actualidad alrededor de 19.000 aquilianos aún viven en auténticas ciudades formadas por módulos prefabricados destinados a acoger a las personas que perdieron sus hogares.

Una serie de campamentos conocidos en Italia con el anglicismo "New Town" y que fueron mandados construir por el entonces primer ministro, el conservador Silvio Berlusconi, que prometió que L'Aquila y las ciudades aledañas, que sufrieron idénticas consecuencias, serían reconstruidas durante su legislatura.

Dos años después, el Gobierno de Berlusconi caía presionado por la crisis de deuda y, la ciudad no solo no estaba restaurada, sino que mostraba escasos progresos.

Una situación que, según explicó el alcalde a Efe, "ha cambiado", a pesar de que los medios de comunicación italianos continúen denunciando casos de corrupción y especulación en las obras de rehabilitación, muchas de ellas supuestamente en manos de la mafia.

"En la periferia, cuya reconstrucción está al 85 %, se están llevando a cabo actualmente un total de 1.600 obras mientras que otras 150 se suceden en el centro histórico. La reconstrucción ha comenzado y hoy por hoy nos encontramos en un punto intermedio", explicó el regidor.

Para la rehabilitación de esta ciudad de gran valor patrimonial, cuya fundación data de mediados del siglo XIII, el ayuntamiento ha invertido desde mayo del pasado año, cuando se hizo cargo de las obras, un total de 1.443 millones de euros, destinados a pagar unas obras en las que trabajan cerca de 1.200 empresas provenientes de 92 provincias italianas.

En este sentido, el regidor concretó que el centro histórico estará completamente rehabilitado en 2018 mientras que la ciudad, en su conjunto, volverá a ser habitable más de diez años después del desastre, en 2020.

Sin embargo, para que esto suceda, Cialente explicó que es necesario que el Gobierno italiano "asegure un flujo de financiación constante" que cifró en unos cien millones de euros mensuales.

Una propuesta que choca con las políticas dirigidas por el actual primer ministro, Matteo Renzi, encaminadas a reducir el aparato del Estado en pro de la contención y reducción del gasto público.

Ante esta premisa, el alcalde explicó que esta financiación multimillonaria por parte del Estado italiano sería posible si la Unión Europea permitiera que dicha inversión se computara fuera del 3 % de deuda estipulado en el Pacto de Estabilidad.

Aunque Cialente afirmó mantener "una estrecha colaboración" con Renzi, el exalcalde de Florencia (norte) no podrá acudir a las conmemoraciones que se llevarán a cabo durante todo el fin de semana en L'Aquila por "motivos de agenda".

No obstante, el alcalde se mostró optimista y puntualizó que, pese a que aún muchas personas viven en módulos de emergencia, dos tercios de los más de 70.000 habitantes de la ciudad ya han regresado a sus casas.

Este fin de semana, la ciudad se involucrará en una serie de actos que tuvieron como arranque el concierto que la Orquesta Sinfónica de Los Abruzos ofreció el viernes en la Cámara de los Diputados, en Roma.

En la ciudad devastada el Ayuntamiento y diversas asociaciones desarrollarán un programa en homenaje a quienes perdieron la vida en aquel suceso y que comprende actividades como la lectura de poesías o manifestaciones por las calles de la ciudad y que culminará con la celebración de una misa que se prevé multitudinaria.

El regidor, que afirmó vivir en estado de "emergencia crónica" desde el suceso, aseveró que, pese a que más de 1.600 personas han decidido mudarse por temor a otro azote sísmico, lo importante es que la ciudad, "marcada para siempre por la tragedia", sepa salir "con fuerza" de esta "difícil" circunstancia.