La semana pasada un tribunal de Osaka (oeste) decidió revisar el caso de estos padres en virtud de nueva información que podría exculparlos.
Keiko Aoki, madre de la niña Megumi que falleció en 1995 a los 11 años en un incendio, fue liberada de la prisión de Wakayama (oeste). "En este cielo azul mi hija sin duda me está mirando y desde ahí arriba me dice '¿es algo bueno, no es cierto mamá?'", dijo la madre a los periodistas al ser liberada.
El padre, Tatsuhiro Boku, de 49 años, también fue liberado de una prisión de la provincia de Oita (oeste), donde pasó dos décadas. "Es como si hubiera vivido todo este tiempo en el extranjero y volviera a mi país, todavía no me doy cuenta", explicó a la prensa.
No es la primera vez que se vuelve a juzgar en Japón a personas que han cumplido largas penas de prisión. El caso más conocido es el de Iwao Hakamada, liberado en marzo de 2014 tras haber pasado casi medio siglo en el corredor de la muerte.
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