Ban dijo en un comunicado que está "horrorizado y afligido por la muerte de refugiados e inmigrantes" en esa región, en referencia al descubrimiento de 71 cadáveres de inmigrantes abandonados en un camión en Austria y al naufragio que dejó al menos 76 muertos entre emigrantes que intentaban llegar a Italia desde Libia.
El diplomático también anunció la organización de una reunión sobre esta crisis migratoria el 30 de septiembre durante la sesión anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
"Lanzo un llamado a todos los gobiernos implicados para que proporcionen respuestas globales, que desarrollen los canales legales y seguros de migración y actúen con humanidad, compasión y respeto de sus obligaciones internacionales", agrega Ban en la nota.
Asimismo agregó que "cuando examinen las solicitudes de asilo, los Estados no deben hacer diferencias fundadas en la religión o la identidad, y que ellos no pueden forzar más a la gente a regresar a los lugares de los que huyeron si existen riesgos patentes de persecución o ataques.
Para el responsable no se trata "solamente de una cuestión de derecho internacional, es también nuestro deber como seres humanos".
También alertó a los gobiernos "a mostrar más determinación para resolver los conflictos y otros problemas que fuerzan a la gente a huir", porque sin ella "el número de desplazados -más de 40.000 por día- no hará más que aumentar".
"Se requiere mucho más", subrayó Ban Ki-moon.
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