Juguetes circenses llenan París de color

  • Armado de narices rojas y zapatones, el mundo del circo se hace con el Museo de Artes Decorativas de París, en cuyas galerías se podrán encontrar hasta mayo juguetes que reproducen ese colorido mundo, reunidos bajo el título de "Parade".

Elvira Martínez

París, 14 dic.- Armado de narices rojas y zapatones, el mundo del circo se hace con el Museo de Artes Decorativas de París, en cuyas galerías se podrán encontrar hasta mayo juguetes que reproducen ese colorido mundo, reunidos bajo el título de "Parade".

En la Galería de Juguetes de este céntrico museo de la capital francesa se han congregado un buen puñado de muñecos desde mediados del XIX hasta nuestros días y a los que poco les falta para ponerse a hacer cabriolas y poner en escena sus espectáculos de teatro, cine y sobre todo, circo.

Esta exhibición de ambiente tan infantil también es apta para adultos, pues además de mostrar vistosos compañeros de juegos indaga sobre el personaje del payaso, según destacó a Efe Dorothée Charles, conservadora a cargo del departamento de juguetes del Museo de Artes Decorativas de París y comisaria de la exposición.

"La exposición se interroga sobre este personaje tan caricaturesco y arquetípico del mundo del circo que los fabricantes de juguetes han reproducido con una gran variedad de materiales a lo largo del tiempo", subrayó Charles, pues la muestra recorre la evolución de la figura del payaso.

La comisaria señaló que la reproducción de este personaje no ha cambiado demasiado desde mediados del siglo XIX salvo en relación a los materiales, que se han modificado desde la madera pintada, el metal y los mecanismos animados hasta el caucho y el plástico que dominan la industria actual.

Charles subrayó que "es más en esta lógica de la técnica en la que va la evolución, pero la imagen del payaso sigue siendo muy arquetípica, con la nariz roja y zapatones".

Aunque algunas de las piezas mostradas tienen más de 150 años, se ha querido dotar a la exposición de una mirada contemporánea de la mano del artista Jean-François Guillon, que ha creado una escenografía muy actual con animaciones en vídeo e instalaciones en blanco y negro que son el contrapunto a los coloridos juguetes.

Algunos de los objetos más antiguos son un teatro de papel que los niños de 1860 recortaban y montaban ellos mismos o el "Humpty Dumpty Circus" (1903) cuyo éxito en Francia fue tal que aún se vendía en 1930 y que aún fascina a los niños de hoy que lo disfrutan con las narices aplastadas contra las vitrinas.

Para abordar el segundo eje esencial de la muestra, el mundo del teatro, la exposición propone una reproducción muy clásica con personajes de la "Commedia dell'Arte" como Pierrot y Polichinela, bien camuflados entre cuentos infantiles populares, como Caperucita o Barba Azul cuyas escenas se reproducen en decorados de teatros de papel.

Entre guiñoles y marionetas también hay lugar para el cine pues se reproducen fragmentos de películas de algunas de las figuras que más carcajadas han arrancado al público, como Laurel y Hardy, Charlie Chaplin, Buster Keaton o Jacques Tati, cuya película "Parade" es razón parcial del título de la muestra.

Según subrayó Charles, el título "Parade" es a la vez "un eco al telón de fondo del ballet compuesto por Erik Satie y realizado por Picasso" y un homenaje a Jacques Tati, "un payaso contemporáneo" al que se puede ver imitando a un portero en ese largomentraje que dedicó en 1974 al mundo del circo.

En este viaje en el tiempo a través de objetos lúdicos, el teatro de sombras tiene una parada muy particular de la mano del corto de la alemana Lotte Reiniger y su visión de "Papageno" (1935) y de dos instalaciones con figuras recortadas que iluminan las luces led de un pequeño tren que al circular entre ellas, proyecta sus siluetas.

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