Juzgan a un proxeneta rumano que prostituía a mujeres en parque de Madrid

  • El ciudadano rumano Ioan Clamparu, alias "Cabeza de cerdo", es juzgado desde hoy en Madrid acusado de prostituir a jóvenes compatriotas en un conocido parque de la ciudad después de traerlas a España bajo falsas promesas de empleo.

Madrid, 31 ene.- El ciudadano rumano Ioan Clamparu, alias "Cabeza de cerdo", es juzgado desde hoy en Madrid acusado de prostituir a jóvenes compatriotas en un conocido parque de la ciudad después de traerlas a España bajo falsas promesas de empleo.

El acusado llegó a controlar a más cien chicas que trabajaban como prostitutas en la madrileña zona verde de la Casa de Campo, aseguró hoy una de las dos mujeres que testificaron en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se celebra el juicio.

El fiscal pide para Clamparu, que se negó a declarar, 28 años de prisión.

La primera testigo fue Andrea, nombre ficticio de una joven que llegó a Madrid en 2000 cuando era menor de edad porque se había quedado embarazada en su país y, según ella, no podía contarlo a su madre.

"Un conocido me dijo que buscaban a gente en España para trabajar en un bar, quería dinero para mantener al hijo que iba a tener, pero no hubiera venido si sé que era para prostituirme", dijo la joven, que entró en Madrid con pasaporte falso como mayor de edad y fue llevada a la Casa de campo al día siguiente.

La joven fue golpeada por el procesado, que tiene 43 años, al segundo día de llegar por decirle que se sentía engañada, según la testigo.

Andrea dijo que ganaba al día 600 euros, ejerciendo la prostitución desde las 22:00 hasta las 05:00 horas, y recordó que, pese a su oposición, abortó en noviembre de 2000 en una clínica de Madrid.

Otra de las víctimas, que llegó a Madrid en 2000, fue amenazada como la anterior víctima con que le podía pasar algo a ella o a su familia si no obedecía.

Además, le dijeron que tenía que trabajar un año para pagar sus deudas.

Los policías rememoraron que en 2000 vigilaron la Casa de Campo para comprobar las denuncias de algunas víctimas de Clamparu y comprobaron que las chicas eran seguidas de cerca por hombres armados.

Las mujeres recibían "auténticas palizas", tenían "un nivel anímico muy bajo" y sentían "un miedo terrible" por el acusado, según los agentes.

Clamparu, que era uno de los criminales más buscados por la Policía Internacional (Interpol), se entregó a la Policía en septiembre pasado debido a la presión a la que estaba siendo sometido, según dijeron entonces fuentes policiales.

Su abogado defensor, Juan Carlos Orbañanos, dijo hoy que su cliente se dejó detener "por sufrir persecución política".

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