La ambigüedad árabe suscita desencanto opositor y críticas de régimen sirio

  • La ambigüedad de los países árabes respecto a una posible intervención militar sobre Siria fue recibida hoy con desencanto por parte de la oposición y con críticas mordaces del régimen hacia Arabia Saudí.

El Cairo/Damasco, 2 sep.- La ambigüedad de los países árabes respecto a una posible intervención militar sobre Siria fue recibida hoy con desencanto por parte de la oposición y con críticas mordaces del régimen hacia Arabia Saudí.

En su reunión del domingo, la Liga Árabe instó a la ONU y a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad y adoptar la "medidas disuasorias y necesarias" contra Damasco por su autoría del ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto, pero no apoyó de forma directa los planes de EEUU y Francia de atacar Siria.

Esa indeterminación calculada, fruto de las desavenencias entre quienes apoyan el ataque y quienes lo rechazan, intentó ser despejada hoy por el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, quien dijo que la organización respaldaría una acción, pero siempre bajo el paraguas de Naciones Unidas.

En una rueda de prensa, Al Arabi destacó que la resolución, que deja a EEUU sin un respaldo árabe nítido, solo contó con el rechazo del Líbano.

La oposición siria no ocultó su frustración por el texto, que se une a la decepción provocada por la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de pedir la autorización del Congreso antes de lanzar un ataque.

El histórico opositor y dirigente de la Coalición Nacional Siria (CNFROS) Haizam Maleh explicó que su grupo había pedido a los ministros árabes que apoyasen una intervención militar extranjera contra el régimen sirio por los "crímenes de guerra y contra la humanidad" cometidos contra el pueblo de este país.

En una línea similar, el portavoz de la CNFROS, Ahmed Ramadán, expresó a Efe que esperaban una petición "clara y oficial" al Consejo de Seguridad para castigar a Siria, aunque reconoció como "paso importante" que la Liga Árabe culpase al régimen de Bachar al Asad como autor de la masacre con armas químicas.

Pese a que la resolución no llegó a patrocinar una intervención extranjera, Damasco no ahorró críticas hacia la Liga Árabe ni hacia Arabia Saudí, el país que más abiertamente apuesta por atacar Siria, frente a otros como Egipto, Argelia o el Líbano que lo rechazan.

Según un editorial publicado hoy en el diario gubernamental sirio "Tishreen", considerado la voz del régimen, los saudíes tratan de presionar al resto de países para que apoyen la intervención estadounidense.

El editorialista considera que Arabia Saudí ha convertido el organismo panárabe en una institución "que, en vez de unificar a los árabes contra Estados Unidos e Israel, ha pasado a intentar legalizar las agresiones de esos dos países y otros antiguos colonizadores contra Siria".

Para el régimen de Al Asad, la resolución de la Liga Árabe es "un paso más en el apoyo a los (posibles) ataques militares occidentales, pero en un grado menor del que esperaban Estados Unidos y algunos aliados del Golfo".

Mientras, el Gobierno sirio continúa su campaña para intentar demostrar a la comunidad internacional que fueron sus soldados quienes han sido objeto de ataques con armas químicas y que las acusaciones formuladas por Estados Unidos son solo un pretexto para justificar el ataque.

Según el representante de Damasco en Naciones Unidas, Bashar Jafari, Siria ha enviado dos cartas al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a la presidenta de turno del Consejo de Seguridad, la embajadora argentina María Cristina Perceval, para intentar evitar una posible intervención militar en el país.

Jafari acusó al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de haber difundido evidencias "completamente falsas" de que el régimen empleó gas sarín con el objetivo de justificar una intervención militar en Siria al margen de las Naciones Unidas.

"Kerry ha adoptado las viejas historias fabricadas por los terroristas hace más de una semana", apuntó, según la agencia oficial Sana.

Mientras se decide si finalmente habrá, o no, una acción castrense sobre Siria, el derramamiento diario de sangre continúa, sin ofrecer ninguna señal que permita pensar que está cerca de terminar.

Hoy, al menos 29 combatientes rebeldes murieron en una emboscada tendida por las fuerzas gubernamentales en los suburbios de Damasco, según informó a Efe el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abderrahmán.

El Observatorio señaló que la emboscada fue llevada a cabo al norte de la localidad de Adra, 25 kilómetros al noreste de Damasco, y que se registraron bajas también entre las fuerzas del régimen, al tiempo que señaló que algunos de los rebeldes fallecidos tenían nacionalidades extranjeras.

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