La carretera que más muertes provoca en el mundo está en Bangladesh, y fue financiada por la ONU

    • El Banco Mundial financió hace siete años la autopista que no tiene medidas de seguridad.
    • El Gobierno dice que 180 personas en la N2 cada año, pero los expertos multiplican la cifra por cuatro.
La autopista N2 a su paso por la localidad de Khutir Gon, con rotonda incluida.
La autopista N2 a su paso por la localidad de Khutir Gon, con rotonda incluida.
Google Maps
Gorka Ramos

Un presupuesto de 210 millones de euros para construir la autopista más mortífera del mundo. Hace siete años que el Banco Mundial (BM) de la ONU financió la autopista N2 entre las ciudades de Dacca y Sylhet, en Bangladés. Sin embargo, nadie preguntó por las medidas básicas de seguridad.

¿El resultado? Para el BM y el Gobierno bangladesí, la obra suponía un paso adelante en el desarrollo económico del país. Pero también han convertido el trayecto en el más peligroso del mundo. Los datos oficiales dicen que, cada año, fallecen en la N2 más de 180 personas. Los expertos en seguridad vial creen que habría que multiplicar esa cifra por cuatro.

Un ejemplo "más"

Un autobús ha chocado contra un rickshaw (los pequeños vehículos de tres ruedas comunes en la zona), cuyos ocupantes han sido los peor parados. Un muerto y tres hospitalizados. Ante las quejas de los vecinos, el policía de turno no sabe qué decir, y es que el conductor del autobús se ha dado a la fuga y ninguna cámara de seguridad ha recogido la imagen. "Un accidente más", dice el agente a The Guardian.

Ni acantilados ni desiertos. La autopista N2 'solo' atraviesa cientos de poblaciones, fábricas de ropa y algún que otro pantano. Pero los semáforos, los controles de velocidad, los pasos a nivel o las vallas de seguridad brillan por su ausencia. Más que una autopista, la N2 son 200 kilómetros asfaltados.

Locura al volante

"Ésta carretera es como conducir un camión de 10 toneladas por un centro comercial peatonal". Más del 60% de las personas que mueren en la autopista son peatones, dice Greg Smith, director regional de iRAP, una empresa australiana que evalúa la seguridad vial. Smith ha visto muchas carreteras en su vida, pero reconoce que la N2 es la única en la que le da miedo trabajar.

Camiones cargados de pasajeros y maletas que adelantan en curvas sin visibilidad, restos de accidente al pie de la carretera, vecinos que cruzan esquivando el tráfico... Smith pone nombre al pensamiento: "Nunca habrían construido una carretera así en un país desarrollado. ¿Por qué está bien que lo que se haga con millones de euros de dinero internacional en Bangladesh? ¿Éstas personas son pobres y no importa?"

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